La información más reciente sobre el enigma del vuelo MH370 no sólo ha hecho que el enfoque de la investigación y la búsqueda cambie dramáticamente.
También ha reavivado las interrogantes sobre por qué los militares de Malasia no se dieron cuenta inmediatamente de lo que estaba ocurriendo y puso sobre la mesa algunas de las grietas más frecuentes en las defensas aéreas en una región en la cual la temperatura de la defensa y la seguridad es alta en este momento.
Ahora salió a relucir que un radar malasio, primordialmente militar, rastreó un contacto no identificado que voló a través del espacio aéreo del país. Ese elemento se confirmó que era el vuelo MH370. Pero parece que no se tomó ninguna acción.
“¿Dónde estaba la Fuerza Aérea de Malasia en todo esto?”, pregunta el expiloto de la Real Fuerza Aérea británica y analista aeroespacial Andrew Brookes.
“Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las torres gemelas en Nueva York, las defensas aéreas de todo el mundo han estado en alerta en caso de que un avión sea secuestrado para un ataque similar a un objetivo importante. Y pocos objetivos tienen más prestigio que las torres gemelas Petronas en el centro de Kuala Lumpur”.
Según Brookes, cuando el vuelo MH370 aparentemente dio la vuelta sin avisar en lo más alto de su ascenso, tendría que haber sonado la alarma en las mentes de los militares y de los responsables políticos en Malasia.
“Cuando esta extraña saga haya terminado, el gobierno malasio y su fuerza aérea tendrán asuntos muy serios con los que lidiar, especialmente las aparentes grietas en la vigilancia de su enorme espacio aéreo”, señala.
La más reciente edición de la publicación británica “Equilibrio militar” del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos indica que Malasia ha implementado “programas sustanciales de modernización de equipos que ayudaron a desarrollar su capacidad para la defensa externa”.
Está claro que podría haber muchos cuestionamientos sobre el alcance de la cobertura y los procedimientos del radar en el país.
Pero también quedan preguntas sin contestar sobre las características del vuelo MH370 que podrían haber ayudado a pasar desapercibido a un enorme avión de pasajeros bimotor Boeing 777 .
El ministro interino de Transportes de Malasia, Hishammuddin Hussein, quien además es ministro de Defensa, rechazó la sugerencia de que se infringieron procedimientos operativos estándar de la fuerza aérea.
“Este es un caso sin precedentes”, expresó. “Podría cambiar la historia de la aviación. Creo que todos tenemos lecciones que aprender”.
Por otro lado, una cosa es invertir en equipos y tecnología y otra tener el entrenamiento, los procedimientos y los recursos para usarlos con eficiencia.
Malasia ha pedido a otros países de la región y más allá que revisen sus lecturas de radar, tanto primarias (principalmente militares) como secundarias (mayormente civiles).
Es una región en la que hay cada vez más inversiones en capacidad defensiva avanzada. Pero podrían plantearse más dudas en relación a la actuación de otros países, en el sentido de que pudieran haber presentado más brechas en sus defensas aéreas.
Aparentemente, el avión en algún momento se dirigía hacia las islas indias de Andamán y Nicobar. Pero se informó que los radares militares podrían no haber estado siquiera operativos, ya que el nivel de amenaza era percibido como bajo.
En ambientes de espacio aéreo más desarrollados, como América del Norte y Europa, se lleva a cabo un monitoreo constante. Y hay una cooperación estrecha entre controladores de tráfico aéreo militares y civiles.
Así, si los operadores de radar militares detectaran un contacto no identificado, el procedimiento normal sería verificar con sus colegas civiles si es que hay alguna lectura de transpondedor que permita su identificación.
Si no, intentarían ponerse en contacto con el avióm por radio y, si nuevamente no hubiera respuesta, en última instancia, se organizarían aviones de combate.
Todos estos procedimientos, establecidos hace mucho tiempo, fueron ejercitados con regularidad durante la Guerra Fría y se han perfeccionado desde el 11 de septiembre de 2001.
Pero toda vigilancia con radar tiene sus puntos débiles. Rastrear aviones que vuelan bajo, por ejemplo, siempre es un desafío.
Incluso los sistemas más sofisticados pueden ser sorprendidos con la guardia baja por hechos inesperados.
Así sucedió en 1987 cuando el piloto alemán aficionado Mathias Rust avergonzó a los militares soviéticos al volar con su avioneta y atraversar el que supuestamente era el sistema de defensa aérea más complejo del mundo sin ninguna molestia para aterrizar en la Plaza Roja de Moscú.
Y el 11 de septiembre de 2001, cuando los aviones de combate de la defensa aérea de EE.UU. respondieron finalmente a la emergencia, salieron en la dirección equivocada, hacia el mar, porque nadie esperaba una amenaza aérea desde dentro del espacio aéreo estadounidense.
Claro que esos atentados fueron los que alteraron dramáticamente las percepciones y los procedimientos desde entonces.