Los beneficios del matrimonio para la salud cardíaca son más evidentes entre los menores de 50 años.
Las personas casadas presentan menores tasas de incidencia de diversas enfermedades cardiovasculares en comparación con aquellas que son solteras, divorciadas o viudas, según una investigación realizada sobre más de 3,5 millones de participantes, que será presentada en la 63ª Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología.
Además, el estudio revela que la relación entre el matrimonio y las menores chances de padecer enfermedades vasculares es especialmente marcada antes de los 50 años.
“Por supuesto, estos hallazgos no deben llevar a las personas a casarse, pero es importante saber que las decisiones en materia de con quién uno está, por qué y por qué no pueden tener implicancias significativas sobre la salud cardiovascular” , destaca el doctor Carlos L. Alviar, autor principal del estudio y miembro del equipo de Cardiología del Langone Medical Center de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos.
De acuerdo con el investigador, si bien estudios previos más pequeños habían reportado resultados similares, este nuevo trabajo se diferencia de todos los anteriores por la cantidad de participantes que incluyó, porque permite considerar cuatro enfermedades vasculares diferentes (enfermedad arterial periférica, enfermedad cerebrovascular, aneurisma de aorta abdominal, y enfermedad de la arteria coronaria) y porque discrimina entre diversos tipos de estados civiles.
“Pudimos observar mejor un espectro más amplio de relaciones de pareja” , asegura Alviar.
MAS DE 3,5 MILLONES
Para llevar adelante el estudio, los investigadores analizaron de manera prospectiva una base de datos con registros de más de 3,5 millones de personas a las que se evaluó para determinar si padecían enfermedad cardiovascular.
El equipo de científicos estimó las chances de padecer la enfermedad según el estado civil, luego de analizar la presencia de enfermedad vascular en distintas ubicaciones de las arterias, tales como las arterias coronarias, las arterias de las piernas, las carótidas y la arteria aorta abdominal.
Según los autores, los factores de riesgo cardiovascular tradicionales -tales como la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad- fueron similares a los de la población general. Los participantes estudiados tenían entre 21 y 102 años, con un promedio de edad de 64 años y el 63% fueron mujeres.
Del total de los participantes en la investigación, el 69,1% estaba casado, el 13% era viudo, 8,3% soltero, y 9% era divorciado.
Alviar y su equipo descubrió así que el estado civil de los participantes estaba asociado de forma independiente a otros aspectos -como la edad, sexo, raza y ciertos factores de riesgo cardiovascular-a la enfermedad cardiovascular.
Estos resultados fueron consistentes tanto para hombres como para mujeres, en los cuatro tipos de afecciones cardiovasculares.
En particular, las personas casadas fueron un 5% menos propensas a tener cualquier enfermedad vascular en comparación con las solteras. Además, mostraron un 8%, 9% y 19% menos de probabilidades de padecer aneurisma de la arteria aorta, enfermedad cerebrovascular y enfermedad arterial periférica, respectivamente.
Las chances de sufrir enfermedad coronaria fueron más bajas en los individuos casados, en comparación con aquellos que habían enviudado o que estaban divorciados, pero la proporción no fue significativamente distinta al ser comparada con los solteros.
Por otra parte, estar divorciado o ser viudo se asoció con una mayor probabilidad de padecer enfermedad vascular, que los solteros o casados. Los viudos presentaron un 3% más de riesgo de tener cualquier enfermedad vascular y un 7% más de probabilidad de sufrir enfermedad de la arteria coronaria.
En tanto, el divorcio se asoció con una mayor propensión a presentar cualquier enfermedad vascular, aneurisma de aorta abdominal, enfermedad de la arteria coronaria y enfermedad cerebrovascular.
CUANTO MAS JOVEN, MEJOR
“La relación entre el matrimonio y una menor probabilidad de padecer enfermedad vascular es más fuerte entre las personas más jóvenes, lo cual nosotros no esperábamos” , comenta Alviar.
Entre las personas de 50 años o menos, el matrimonio está asociado con un 12% menos de chances de sufrir cualquier enfermedad vascular. Este número cae al 7% para personas de entre 51 y 60 años, y a sólo el 4% para aquellos de 61 años o más.
“Por supuesto, es verdad que no todos los matrimonios son iguales, pero es de esperar que por el tamaño de la población estudiada las variaciones entre los buenos y malos matrimonios queden contempladas” , argumenta el autor del trabajo.
Ahora se necesitan nuevos estudios para entender mejor qué aspectos del matrimonio podrían estar asociados con una mejora de la salud vascular. Según Alviar, un estudio a largo plazo ayudaría a identificar modificaciones en los patrones de enfermedad, al observar qué sucede cuando las personas cambian de un estado civil a otro: de casado a divorciado o viudo, de soltero a casado, en especial en las etapas posteriores de la vida. Esto permitiría a los investigadores observar cuán pronto aparece la enfermedad vascular luego de que ocurren estos cambios.