Está en estado vegetativo hace 20 años. Su familia llevó el caso a la Justicia. Médicos e Iglesia se oponen.
Un pedido de muerte digna realizado por la familia de un paciente que se encuentra en estado vegetativo irreversible hace veinte años, llegó a la Corte Suprema de Justicia y ya obtuvo un dictamen positivo de la Procuración General de la Nación. El caso genera polémica por la fuerte oposición de los médicos y la Iglesia.
En su dictamen, la procuradora general Alejandra Gils Carbó resaltó el fallo del tribunal superior de Neuquén, donde originalmente se tramitó el pedido, ya que la petición se encuentra comprendida en la Ley 26.742 del año 2012 y, por lo tanto, el pedido no requiere de autorización judicial. Marcelo Diez sufrió un accidente en su moto el 23 de octubre de 1994, cuando tenía 30 años, que le ocasionó “un traumatismo encéfalo craneano severo, politraumatismos graves y epilepsia post-traumática”, por lo que debió ser sometido a “diversas intervenciones quirúrgicas y tratamientos médicos” hasta que, al año siguiente, “se le diagnosticó estado vegetativo persistente”.
Gils Carbó sostuvo en el dictamen que la decisión sobre “el retiro, cese y abstención de todas las medidas de soporte vital que lo mantienen con vida en forma artificial pertenecen a su zona de reserva, garantizada por el derecho a la autonomía personal”, por lo que “se encuentra libre de las injerencias del Estado y de terceros”.
El Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Neuquén había convalidado la pretensión de sus hermanas, Adriana y Andrea Diez, para que se ordene la “supresión de la hidratación y la alimentación enteral, así como de todas las medidas terapéuticas que lo mantienen con vida en forma artificial”.
El defensor general del Tribunal Superior de Justicia de Neuquén, Ricardo Cancela, interpuso un recurso extraordinario en contra de la medida ante la Corte Suprema de Justicia que dio intervención a la Procuraduría General. Gils Carbó detalló que de las constancias de la causa surge que desde 1994 no hubo progresos en la salud de Marcelo Diez, “que continúa sin mostrar signos de conciencia de sí mismo o del mundo exterior, lo que caracteriza al estado vegetativo”. Y basó su afirmación en las pericias de los forenses y resultados de resonancia nuclear magnética que señalan que “el daño cerebral es irreversible”. Ante ese cuadro, las hermanas pidieron “el retiro, cese y abstención de todas las medidas de soporte vital que lo mantienen con vida en forma artificial”. Pero directivos del centro médico donde Marcelo Diez, que hoy tiene 50 años, está internado, se oponen a la aplicación de la muerte digna al paciente y cuentan con el respaldo del Obispado de Neuquén en su cruzada contra esa posibilidad.
Preocupación
Para el obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli, “retirar los soportes vitales implica retirar la alimentación y dejar morir de inanición. Y para la Iglesia tal disposición equivale a un asesinato”. Ayer, la Iglesia neuquina manifestó su “preocupación” frente al dictamen de la Justicia