Las obras para el traslado de la Villa de Paso quedaron inconclusas, aunque volvieron a ser objeto de anuncios protocolares de parte de quienes, hace tiempo, deberían haber cumplido con lo prometido. Esta mañana en la 99.9, el concejal del PRO, Hernán Alcolea, se refirió al tema y señaló: “esta gente de los Trujillo, que ante la necesidad encontraron un negocio, han aprovechado para llenarse los bolsillos y hacer negocios”.
Una vez más, el traslado de la Villa de Paso tuvo un anuncio de finalización de obras, que deberían haberse concluido hace muchos años. En esta oportunidad, entraron en escena el ministro de Infraestructura de la Provincia, Alejandro Arlía; el administrador general del Instituto de la Vivienda, Pablo Sarlo; y el responsable de las demoras, el secretario adjunto de la UOCRA, César Trujillo.
Refiriéndose al tema, el concejal del PRO Hernán Alcolea habló esta mañana en la 99.9 y destacó: “no aplaudo más un anuncio, lo haré al momento de terminar la obra. Son 70 casas las que faltan y no son de lujo, sino muy humildes y simples. No trabajar para desarmar villas de emergencia es ir a favor de la delincuencia y la marginalidad”.
El proceso de traslado comenzó hace mucho tiempo, y realmente ha sido difícil encontrar la voluntad necesaria para cumplir con lo prometido. “Hemos trabajado desde el ’96, y desde aquél momento se hizo un trabajo para erradicar la Villa de Paso, para darles a las personas que allí vivían una casita y sacarlos de la marginalidad. Esta gente de los Trujillo, que ante la necesidad encontraron un negocio, han aprovechado para llenarse los bolsillos y hacer negocios”, sentenció el edil. Además, agregó: “en el año 2003 comenzó la construcción de las casitas, y de ahí fueron ellos los que eligieron las empresas que harían las casas, hasta que se quedaron ellos haciéndolas a través de la ONG Trabajar. En 2012, habiendo asumido como concejal, recibieron 14 millones de pesos como reajuste; para este momento, tendrían que haber terminado dos veces las casas”.
Mientras los anuncios se reiteran, los dirigentes políticos se siguen pasando la pelota de un lugar a otro: “hemos reclamado ante las autoridades municipales y el Instituto Provincial de la Vivienda y todos dicen tener los papeles en orden. Se tiran la pelota de unos a otros y las casas no se terminan”.
La situación se torna aún peor por lo difícil que es hoy acceder a la casa propia, una problemática que sufren millones de familias a lo largo y ancho del territorio nacional: “el que quiera tener un terreno, si no es porque lo hereda o llega a él por algún camino oscuro, no lo puede lograr. Tampoco existe el crédito hipotecario a largo plazo porque no están las condiciones dadas después de una década donde técnicamente hemos crecido a tasas chinas. Estamos entrando en otra crisis de las que tenemos cada 10 o 12 años y que conocemos bastante, lamentablemente”.
Alcolea seguirá esperando a que terminen las obras, sin dejar de preocuparse por una nueva ocupación de las casas a medio construir: “hubo una nueva ocupación. La primera fue hace unos años y se solucionó; ahora, hace unos meses ocuparon otras casas más de las que estaban a medio hacer. Lo que pasa es que están en esas condiciones hace 4 o 5 años y encima no se las cuida, se las deja abandonadas. Hay grupos organizados que están mirando esto porque hay grupos sociales que les roban las casas a unos pobres para dárselas a otros pobres”.