“La herramienta que tenemos es la precaución”

Claudio Muñoz, director del Centro de Estudios de Radiocomunicaciones y Compatibilidad Electromagnética del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), habló esta mañana en la 99.9 acerca de los efectos del uso de teléfonos celulares sobre la salud de los individuos. “Está probado que provocan problemas de calentamiento, y hay una normativa para los valores máximos a los cuales podemos estar expuestos. El resto de las patologías que se le atribuyen no están comprobadas”, destacó.

Venta de CelularesMucho se habla y se discute sobre la incidencia de las ondas emanadas por el celular sobre el cuerpo humano. Sin embargo, muy poco se ha comprobado.
Aun así, el Centro de Estudios de Radiocomunicaciones y Compatibilidad Electromagnética del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) recomienda evitar la exposición innecesaria para descartar posibles problemas. Esta mañana en la 99.9, Claudio Muños, director de la entidad, explicó: “a ciencia cierta no se ha podido comprobar científicamente que las ondas que transmiten los celulares sean responsables de patologías tipo cáncer. Sí está probado que provocan problemas de calentamiento, y hay una normativa para los valores máximos a los cuales podemos estar expuestos. El resto de las patologías que se le atribuyen no están comprobadas. Ante esto, la herramienta que tenemos es la precaución”.
Cuando no estamos hablando por el teléfono, e incluso cuando no lo usamos, sigue emitiendo señales: “el celular siempre se está comunicando con la radio base, lo necesita por su modo de funcionamiento. De esa manera, la central de tráfico decide cuál de las radio bases está en mejores condiciones para la utilización cuando lo necesitemos”.
Por ese motivo, recomendó tener el teléfono alejado cuando no se use: “cuanto más tiempo estemos con estas ondas electromagnéticas y cuanto más cerca estemos, de haber algún tipo de riesgo, estaremos más expuestos. A lo que apuntamos es a que, cuando sabemos que no vamos a utilizar el teléfono, tratemos de tenerlo apagado o lo más apartado de nuestra persona posible”.
Hay una realidad, entre tantas incertezas, y es que no todos reaccionan igual ante las probabilidades de riesgo. Hay quienes pueden tener más complicaciones que otros: “el mayor riesgo que tenemos es en función de nuestro cuerpo. No todos tienen el mismo riesgo. Hay personas más sensibles a la electropolución. Que uno esté mirando constantemente el celular, es más una patología social”.
A todo esto se suma el exceso de teléfonos que hay en la calle, en un país donde cada persona tiene al menos un aparato: “la cantidad de teléfonos en Argentina es excesiva. Hay más de un celular por persona. El servicio, entonces, no es el ideal debido a la gran demanda, porque todo el mundo está constantemente ingresando a Internet y eso ocupa un ancho de banda importante que complica las comunicaciones”.