El estudio fue realizado por CIFRA, entidad de gran solvencia técnica que estimó en 7,6 millones de personas la cantidad de pobres durante el tercer trimestre del año pasado.
A falta de información oficial, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) cercana al Gobierno dijo ayer que al menos 7,6 millones de personas permanecen bajo la línea de pobreza y 1,8 millones no superan la línea de indigencia, cifras que medidas en porcentaje representan el 17,8% y el 4,2% respectivamente.
El dato de pobreza cuadriplica al último informado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), cuando en octubre del año pasado dijo que la pobreza alcanzaba al 4,7% de la población.
El titular de la CTA oficialista, Hugo Yasky, reconoció la diferencia con los datos del INDEC. Pero, al mismo tiempo, señaló que este índice se encuentra muy por debajo de lo que apuntan las consultoras privadas. A modo de ejemplo, el último informe de la UCA estimó que la pobreza alcanza al 25,6% de mínima y 27,5% de máxima de la población, mientras que la CGT opositora que lidera Hugo Moyano calcula que la tasa de pobreza es de 30,1%, de acuerdo al último informe del Observatorio de Datos Económicos y Sociales de esa central obrera.
Los datos volcados por la CTA son producto del estudio realizado por el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), entidad de gran solvencia técnica. Yasky explicó que la metodología implementada por CIFRA es la misma que antes de la intervención del INDEC, para evitar cualquier sospecha. También recalcó que la medición se hizo sobre la base de los datos relevados en nueve provincias.
Está claro que si la comparación se hace contra el 2003, cuando el kirchnerismo llegó al poder y la Argentina venía de pasar la crisis más importante de su historia, el actual es un país que redujo considerablemente los índices de pobreza e indigencia.
Así también lo refleja CIFRA. De hecho, considera que la elevada generación de puestos de trabajo, la reactivación de las paritarias y de los salarios reales, los aumentos de los haberes jubilatorios y las políticas expansivas de ingreso tuvieron como consecuencia importantes mejoras en las condiciones de vida de la población durante la última década.
Cabe apuntar que la evolución de la tasa de pobreza muestra una fuerte y sistemática tendencia decreciente en los últimos 10 años, advierten desde CIFRA. Y los datos reflejan que la pobreza pasó de afectar al 49,7% de las personas en 2003 al 27,2% en 2007, y en 2013 descendió al 17,8%, mientras que un año más tarde se había ubicado en 18,8%.
La indigencia, por su parte, marcó que la proporción de personas cuyos ingresos no alcanzan para adquirir la Canasta Alimentaria Básica era de 22,8% en 2003 y pasó a ser de 8,4% en 2007. A su vez, la reducción de la tasa de indigencia fue muy marcada desde 2008, alcanzando el 4,2% de la población en 2013.
CIFRA también aclara que, de acuerdo a la reestimación de las canastas que miden la pobreza y la indigencia, se obtuvo que la Canasta Básica Alimentaria de una familia tipo alcanzó $ 1.780 en 2013 y $ 1.966 en el último trimestre del año. Por su parte, la Canasta Básica Total de una familia tipo trepó a los $ 3.863 pesos en 2013 y llegó a los $ 4.267 desde octubre a diciembre del año pasado.
Por último, el estudio aclara que probablemente la aceleración de los precios tras la devaluación de enero provoque un incremento en las tasas de pobreza e indigencia.