El consumo excesivo de alcohol provoca más daños individuales y sociales que el de cualquier otra droga. De hecho, es la causa directa de una de cada ocho muertes anuales en Europa adultos de entre 18 y 65 años.
“Es como si desaparecieran cada año los habitantes de Ibiza”, ha señalado Antoni Gual, jefe de la Unidad de Alcohología del Hospital Clínic de Barcelona, quien ha alertado de que en Europa “se bebe una barbaridad y nos parece normal”.
El Dr. Gual ha participado hoy en el XIII Seminario Lundbeck “Adicción al alcohol: viaje al interior de una enfermedad”, en el que especialistas de distintos hospitales han señalado que la dependencia del alcohol es una patología del sistema nervioso central crónica, progresiva y recurrente. Los expertos han considerado que la sociedad española infravalora los efectos nocivos del alcohol y han coincidido en la necesidad de la implicación de todos para cambiar la tendencia del abuso de esta sustancia.
Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Europa es el área geográfica donde más se consume (10,9 litros por persona y año), y España se sitúa un poco por encima de esa media (11,2 litros). Esta organización fija el consumo de riesgo entre los 40-60 gramos de alcohol puro al día en los hombres y entre 20-40 gramos en las mujeres (10 gramos equivalen a una caña).
Superada esa cantidad, el consumo puede ser perjudicial, es decir, tener efectos sobre la salud física y/o mental, y puede derivar en dependencia. Aunque es difícil definir un único perfil del bebedor de riesgo, el Dr. Antonio Terán, coordinador del Centro de Adicciones “San Juan de Dios” de Palencia, ha señalado que cada vez acuden más jóvenes a las consultas, no por que sean conscientes de que tienen un problema sino derivados por la Fiscalías de Menores o acompañados por sus padres.
Otro perfil es el paciente que llega a la consulta con los primeros síntomas asociados al alcohol después de 10 o 15 años de un consumo excesivo. En este sentido, el Dr. Terán ha puesto el acento en que es una enfermedad en la que el paciente suele llegar tarde al médico, tras muchos años de evolución. De hecho, de cada cien personas que acuden a atención primaria, entre 8 y 9 tendrán un problema de alcoholismo y solo uno de ellos va a recibir asistencia.
En estos momentos, los nuevos planteamientos en el tratamiento tienden al concepto de reducción del consumo. “Tenemos que generar confianza en el paciente -señala Gual-, ya que si se siente protagonista del tratamiento incrementaremos la posibilidad de recuperación”. Reducir el consumo es complementario a la abstinencia. Son dos opciones que se encuentran en el camino de la recuperación del paciente, ha explicado.
El Dr. Terán ha advertido que el alcohol “tiene consecuencias sociales innegables como violencia, accidentes y costes directos e indirectos causados por el abuso en el ámbito de las familias”. En España, el alcohol genera diariamente costos (directos e indirectos) por 7,5 millones de euros.
En la jornada se ha puesto también de manifiesto que 80 de cada 100 personas que consultan por uso problemático del alcohol tienen otra enfermedad mental. Según el Dr. Néstor Szerman, jefe de Salud Mental Retiro, Hospital Universitario Gregorio Marañón, las patologías más prevalentes son los trastornos de ansiedad, afectivos y los de personalidad. Pero también hay déficit de atención e hiperactividad, psicosis y trastorno bipolar.
El desconocimiento de esta patología dual deja a los pacientes en el limbo de un diagnóstico insuficiente, genera marginación y exclusión del sistema de salud. Da lugar a lo que se denomina “el síndrome de la puerta equivocada”: el paciente no encuentra el acceso adecuado al sistema de salud, ha señalado este experto, presidente de la Sociedad Española de Patología Dual.