El puente Golden Gate de San Francisco, un icono por su privilegiada ubicación y belleza, es también el mayor punto negro de EEUU en número de suicidios, algo a lo que las autoridades locales tratan de poner fin con una inmensa red de acero para evitarlos.
Sólo el año pasado, 46 personas perdieron la vida al arrojarse desde el famoso puente rojo que une la ciudad de San Francisco con el vecino condado de Marin, una cifra que se dispara hasta más de 1.600 fallecidos si se tiene en cuenta a todos los que se ha suicidado desde que el Golden Gate fue inaugurado en 1937.
“Sólo podremos recuperarnos del golpe cuando el constante goteo al agua de cuerpos de personas haya cesado”, dijo Dan Barks, vecino de Napa (California), cuyo hijo Donovan se suicidó al saltar desde el puente en 2008.
Barks celebró con lágrimas y gritos de júbilo, junto a otros familiares de fallecidos, la decisión tomada el viernes por la autoridad responsable del puente, el Distrito de Carretera y Transporte del Puente Golden Gate, que aprobó construir una red gruesa de acero debajo del puente que se extienda unos seis metros a cada lado para evitar que la gente salte al mar desde él.
La junta directiva del distrito votó por unanimidad a favor de su instalación, con el objetivo de desalentar a aquellos que quieran saltar desde el puente y, en caso de que lo hagan, impedir que caigan al agua.
“La presencia de la red detendrá a quienes piensen en saltar y, si pese a ello lo hacen, resultarán heridos al caer sobre la red, pero salvarán la vida”, aseguró el director general del distrito del puente, Denis Mulligan, quien explicó que la organización se encargará de recoger a las personas que queden atrapadas en la red.
Los trabajadores del puente detienen cada semana de media a una persona con intención de arrojarse desde el Golden Gate, mientras que dos personas pierden la vida cada mes al saltar desde el puente rojo que el director británico Alfred Hitchcock inmortalizó en su obra maestra de 1958 “Vertigo”.
Curiosamente, en la película de Hitchcock, el personaje de Madeleine que interpreta una seductora y misteriosa Kim Novak trata de suicidarse arrojándose al mar en el Golden Gate -aunque en su caso lo hace desde debajo del puente en lugar de desde la pasarela- y es rescatada por el detective retirado Scottie Ferguson, a quien da vida James Stewart.
Una operación altamente costosa
El Golden Gate, construido en acero, mide 2.737 metros de longitud (1.970 metros en la parte colgante), por lo que la instalación de la red es una operación altamente costosa y complicada, que no se prevé que esté terminada hasta 2018.
El puente de San Francisco no es sólo el mayor punto negro en cuanto a suicidios de Estados Unidos, sino también el segundo a nivel mundial, sólo por detrás del puente de Nankín sobre el río Yangtsé en China.
“Allí donde se han construido barreras de suicidio se ha probado que son 100 % efectivas. La gente ha dejado de saltar desde esos lugares”, indicó Mulligan, quien puso como ejemplos el puente de Clifton en el Reino Unido y el puente Duke Ellington en la ciudad de Washington, donde la tasa de suicidios se redujo drásticamente tras la instalación de estas barreras.
La decisión llega después de muchos años de debate en los que los defensores del proyecto han debido lidiar con la oposición de quienes consideran que la red afeará uno de los principales reclamos turísticos de San Francisco y no evitará que quienes quieran suicidarse lo hagan desde parajes aledaños.
Sin embargo, las alternativas a la red afectaban todavía más a la estética del puente, ya que de los cinco proyectos que se presentaron a concurso en 2008, los otros cuatro consistían en alzar muros de entre tres y cuatro metros a cada lado de la pasarela.
La construcción de la red costará 76 millones de dólares, que saldrán de agencias de transporte tanto locales como federales, y de una partida de 7 millones de dólares que aportará el fondo para la Ley de Servicios de Salud Mental de California.