Así se desprende de una serie de e-mails intercambiados por dos radicales islámicos. Uno de ellos fue detenido e interrogado por la policía francesa.
El museo del Louvre, la torre Eiffel, el festival de Avignon, las centrales nucleares y las boîtes nocturnas son algunos de los blancos franceses que los fundamentalistas islámicos del “Aqmi” han proyectado atacar.
El diario Le Parisien informó hoy sobre la correspondencia por e-mail interceptada entre un aspirante a “jihadista”, o guerra santa en Francia, listo para ir a un campo de entrenamiento; y uno de sus comandantes de Aqmi, la representacion de Al Qaeda del desierto de Sahel, que se extiende desde Argelia, Níger, Libia,Chad, Mauritania hasta el norte de Mali.
Ali M fue interpelado y detenido por las autoridades francesas antes de su partida, al final del mes de junio de 2013, y enumeró la lista de objetivos a atacar durante su interrogatorio.
Bajo el seudónimo de “Redouane18”, el reclutador de Aqmi le pide a Ali una serie de sugerencias para atacar como jihadista en el lugar en el que el se encuentra. Ali sugiere entonces “bares, mercados, ciertas pequeñas localidades y las boîtes y discos”. Propone también atacar “las patrullas de la policía y los gendarmes, las centrales nucleares y los aviones en el momento del decolaje”. No quiere atacar shoppings para no tener a musulmanes como víctimas.
En su inventario de objetivos también está la Torre Eiffel, y no olvida el festival de Avignon, que comenzó esta semana, “donde miles de cristianos se reúnen durante un mes. Una simple granada puede herir a decenas de personas”, dijo.
En esta primera etapa, Redouane18 le da como misión “reclutar y montar una célula dormida“. Le pregunta si tienen “otros hermanos que tienen contacto con nuestros hermanos en el desierto de Sahel”. “Hermanos, son legión, pero no todos quieren hacer la Jihad”, responde Ali.
Finalmente, Redouane invitó a Ali y a un amigo de Bel Abbes a viajar a Argelia para entrenarse en técnicas de combate. “Después de ese entrenamiento, ustedes regresarán a su país y esperarán instrucciones”, le escribe. Insiste en que “no hay problemas de tesorería para financiar los ataques” y que el será “el jefe del grupo” y primero deberá hacer “un trabajo de inteligencia”.
Ali nunca pudo ser “jihadista”. Fue detenido después de haber comprado su pasaje de avión a Argelia por los servicios de inteligencias franceses.