Pulseras con sistema de identificación permiten saber en qué lugar exacto están.
Un tótem similar a un cajero automático en el lobby de un hotel empieza a ser parte de la vida cotidiana en esta ciudad. No entrega dinero, no permite revisar cuentas bancarias ni hacer nada que tenga que ver con las finanzas. Solo controla el ingreso de sus huéspedes: los egresados.
Ya hay 12 hoteles de los grandes operadores de turismo estudiantil que tienen el sistema de identificación de pasajeros con tecnología RFID, además de cinco discotecas y una decena de puestos móviles que usan los coordinadores de grupo. La idea es llevar tranquilidad a los padres de adolescentes, garantizándoles que sus hijos estarán cuidados durante su estadía en Bariloche, donde este año se esperan 120.000 egresados.
El sistema es sencillo. Se coloca una pulsera a cada estudiante cuando sube al ómnibus en su lugar de origen, justo antes de viajar. Esa pulsera, intransferible, tiene un chip de proximidad con un código único que es detectado por un lector en puestos de control.
Con la pulsera se puede saber cuándo entra o sale del hotel un estudiante, si subió al colectivo para una excursión o si alguno no subió al colectivo que ya va de regreso del cerro Catedral a la ciudad. Este sistema se llama Efesur y fue desarrollado a pedido de las discotecas por la empresa Fixen, propiedad de dos jóvenes emprendedores locales; apareció en 2011, pero ahora comenzó a expandirse.
Aunque generó mucha polémica en las redes sociales por la invasión a la privacidad de los jóvenes, los estudiantes no parecen ofrecer resistencia. “No nos afecta en nada, solo tenemos que pasarla por la máquina para que registren que entramos al hotel o al boliche”, dijo María Paz al salir del hotel Las Piedras, luego de pasar la pulsera por el lector, como es rutina, que exhibió en su pantalla su nombre y datos. Tampoco los padres cuestionan el sistema, pero sí es motivo de muchas consultas en las reuniones de preventa de los viajes.
La preocupación por garantizar a los adolescentes un viaje sin riesgos comenzó hace una década con un código de convivencia para evitar desmanes, un sistema sincronizado de ingreso y egreso de las discos, y el control de los colectivos para evitar el ingreso de bebidas alcohólicas y pirotecnia a la ciudad; así como también requisas sorpresivas de inspectores municipales en los cuartos de hotel. Además, ahora es obligatorio que los estudiantes usen casco cuando ascienden al cerro Catedral.
Con el sistema Efesur también se facilita al servicio de emergencias médicas contratado por los operadores turísticos para tener acceso a la ficha médica de cada estudiante. Este punto genera dudas entre los padres, pero los creadores señalan que dar información médica básica es obligatorio para el viaje, y lo único que se hace es digitalizarla y cargarla al sistema para agilizar la historia clínica del adolescente ante una urgencia.
“Hay interés de los padres en la información que se maneja. Pero en realidad, el chip no guarda nada. La pulsera, una vez que terminan el viaje, se tira, ya que sólo tiene un código único que no sirve para otra cosa; y se desecha la información cargada al sistema cuando se van de Bariloche”, explicó a La Nación Martín Rimoldi, uno de los creadores del sistema Efesur. Su socio, Santiago Rial, remarcó que el sistema “se hizo a medida del turismo estudiantil de Bariloche ante una idea de las discotecas que querían controlar el ingreso y la entrega de la consumición, para lo que instalamos fibra óptica propia y una red privada a la que no se puede acceder por Internet”. Luego, el servicio se expandió más allá de las discos.
La información que tiene la pulsera es a pedido de cada prestador de servicio. Los hoteles no requieren más que los datos del pasajero para controlar su ingreso, mientras que los responsables de grupo tienen también la ficha médica. Un coordinador general accede, además, a un mapa que permite visualizar la ubicación de los egresados (similar a un GPS) y detectar así si alguno se quedó en el hotel en vez de ir a la discoteca, corroborando qué sucedió con solo comunicarse con el coordinador de grupo o el propio pasajero.
La proyección de Fixen es ampliar los servicios con la misma pulsera “incorporando un monedero electrónico para que los chicos no anden con dinero, y también pensamos en diseñar un sistema de apertura de la puerta de la habitación de hotel”, contó Rial. Al sencillo sistema que controla todo con una pulsera se suma la disposición específica de las discotecas, que fija que los grupos llegan e ingresan al boliche transportados por su colectivo entre las 23.30 y las 0.30. Si llegan más tarde, se prohíbe el acceso. La salida también tiene hora límite a las 5.30, cuando todos deben subir al colectivo que los espera en la puerta. Nadie puede ir caminando al hotel.
Cualquier desmán que se produzca en una disco tiene severas sanciones para un egresado y su grupo, ya que no podrán ingresar a ninguno de los cinco boliches el resto de su estadía.