Dicen que la falta de inversiones impactará. Dólar, inflación y desempleo.
Economistas de diferentes vertientes pusieron reparos al ingreso en cualquier tipo de situación de default y, pese a que dejaron en claro que es totalmente diferente a la del año 2001, advirtieron que, más allá de la incertidumbre, una circunstancia de ese tipo va a generar necesariamente algún tipo de dificultad económica, sobre todo por la falta de inversiones. Agustín D’Atellis, de la agrupación kirchnerista “La Gran Makro”, aseguró que la Argentina “necesita cerrar” la cuestión con los holdouts “para atraer inversiones, pero es necesario quitar el fantasma que se intenta instalar de que el 30 de julio si se da una situación de default técnico va a venir un gran cimbronazo económico, porque no es cierto y no va a ocurrir”. Igualmente, consideró que “para la economía argentina sería mejor dar por terminado este asunto”. En cambio, el director de la consultora Proficio Investment, Alejandro Henke planteó que “los costos de un eventual default no deberían ser minimizados” y aseguró que podría haber todo de tipo de desajustes macroeconómicos, con impacto en la vida diaria. Por su parte, el ex ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov consideró que no será una “catástrofe”, pero admitió que “puede haber presiones cambiarias. No veo una catástrofe, como tampoco veo que si se arregla y espero que se arregle, la economía argentina se recupere”. A la vez, remarcó que no observa un escenario como en 2001, cuando se desencadenó una crisis económica, política y social. MAYOR
RECESION
En tanto, el economista Agustín Monteverde advirtió que, en caso de que el país caiga en default, “afectará la vida diaria de la gente porque la inflación se disparará” y habrá “una recesión mucho mayor” a la actual, lo que impactará en “más desempleo”. El analista planteó que con o sin arreglo con los holdouts “la economía argentina vuelca”, porque “todas las variables están sufriendo un deterioro vertiginoso”, en especial el sector externo y la situación fiscal debido a la política del Gobierno.
En esa misma línea, Luciano Cohan, de la consultora Elypsis, explicó que, a su juicio la gente, sufrirá las consecuencias de “una profundización de la recesión económica y de la desocupación y un deterioro del salario”. El economista sostuvo que un eventual default implicaría “una complicación de los problemas macroeconómicos, caída de reservas, suba de tasas de interés y menor consumo” y en materia de inflación, planteó que una menor actividad económica “podría originar una desaceleración” de precios.
Por último, Maximiliano Castillo, director de la consultora ACM, pronosticó que un eventual default generará “a mediano plazo, menor nivel de actividad y menos posibilidad de conseguir empleo, porque habrá menor financiamiento para el sector público y para el privado y por ende, menores posibilidades de inversiones”. Asimismo, alertó que “en ese escenario de recesión, la inflación va a seguir siendo importante, o incluso mayor” por la presión sobre el dólar.