Emergencia educativa. El intendente pretende sacar dinero de OSSE para arreglar los edificios escolares, porque la plata que la Provincia había mandado para eso, él la gastó en otra cosa. El gremio le dio el apoyo, a cambio de alguna que otra ventaja. Técnicamente, seguirá malversando.
En medio del receso invernal, surge la incógnita de cuáles serán las condiciones para comenzar las clases en la segunda mitad del año. La respuesta es bastante simple: iguales a las que se padecieron en la primera. Es decir que en este distrito, donde hubo 5.600 chicos que no asistían a clases con regularidad, y debían hacerlo de forma rotativa por problemas de infraestructura en las escuelas del Estado, las cosas seguirán exactamente igual. Al menos por ahora.
Como se recordará, la gravísima situación no es nueva, sino que los edificios escolares se encuentran en franco deterioro en virtud de un proceso de acumulación de destrozos y falta de mantenimiento por parte del Estado. Esto sucede porque durante el ciclo 2013, hubo 35 millones de pesos que la Provincia efectivamente traspasó al Gobierno municipal, los que constituían el llamado Fondo Compensador Educativo. Pero el intendente Gustavo Pulti decidió, para este dinero del 2013, un destino diferente de aquel para el cual fue enviado. Es decir que lo malversó. Sí, eso quiere decir malversar: usar la plata para algo diferente de aquel fin para el cual fue dispuesto. Y es un hecho delictivo.
El Gobierno municipal decidió que era mejor usar esa plata para otros destinos, por ejemplo para una serie de actividades organizadas por la UCIP, entre las cuales ese encuentra una Feria de la Industria, que podría haber sido perfectamente financiada por el sector privado, ya que corresponde a una actividad altamente rentable del campo profesional particular, y no debió requerir una erogación que afectara el dinero de la educación. Pero en fin.
Ya a mitad del 2014, la administración Pulti sabe que la tapa el agua: no sólo no le alcanza la plata y está al borde de la emergencia económica, sino que como el año pasado malversó 35 millones, los edificios escolares se le caen encima de la cabeza a los chicos que van a las escuelas más pobres de este distrito. Sí, no a los hijos del intendente, que van a una escuela privada con calefacción, baños con botón de descarga, y cloacas. A ellos no.
La única solución que se le ocurrió al intendente es desvestir un santo para vestir a otro. Es decir que quiere sacar 25 millones de dinero de las arcas de Obras Sanitarias para arreglar los desastres de los edificios escolares, que tienen paralizado el sistema escolar. Y además, de allí piensa sacar diez millones más con una excusa poco clara.
La plata
La controversia por los 25 millones ya se está haciendo argumento de novela. Sobre todo porque aquellos que desempeñan sus funciones en la sociedad de Estado se esfuerzan en explicar que no les sobra esa plata. Que el dinero que está en las arcas de OSSE hace falta para ciertas obras, que de no realizarse generarán que la situación de emergencia se traslade al agua y las cloacas de toda la ciudad.
El primero en manifestarse fue el ingeniero Juan Carlos Szpyrnal, secretario general de la Asociación de Personal Jerárquico y Profesionales de Obras Sanitarias Mar del Plata Sociedad de Estado. En su presentación se limitó a explicar que no estaba de acuerdo con el uso indebido del dinero, simplemente porque había sido recaudado para otros fines, y porque encima OSSE tenía reclamos salariales pendientes de sus empleados, que no habían podido ser atendidos por falta de fondos.
Esto fue suficiente para que el concejal oficialista Javier Woollands hablara de Szpyrnal en una presentación intimidante, donde a modo personal se permitió cuestionar su idoneidad, trayectoria, y hasta la posibilidad de que la asociación que él representa no tuviera completados todos los trámites de rigor, que le permitirían tomar una posición en la contienda, como si al profesional no lo asistiera el derecho constitucional a expresar su opinión ante cualquier cuestión.
La reacción desproporcionada de Woollands, antes anarquista e hijo de un fomentista de raza, heredero de luchadores, pero hoy venido concejal acomodado a las órdenes del intendente, despertó más de una voz en contra. Para la mayoría, su exposición fue – cuanto menos- un exceso imperdonable y sospechoso. En la emisora 99.9, habló sobre el tema el concejal de la UCR Eduardo Abud, quien explicó: ”el apellido del Sr. Szpyrnal tiene una historia, y ninguno de los que está en el Ejecutivo de Acción Marplatense puede acercarse a lo que fue Szpyrnal en Obras Sanitarias, y lo que le corresponde a su hijo, que es un excelente técnico”.
El edil consideró necesario que se discuta el tema político de fondo en el ámbito correspondiente, es decir en el Concejo Deliberante, ya que dijo es un tema que debe ser debatido por los concejales y no complicar a los trabajadores del sector.
Pero Abud también puso en duda que las opiniones expresadas, realmente correspondan al concejal Woollands, de quien dudó sea capaz de pensar los argumentos que expuso. Dijo que lo más factible es que se trate de un texto elaborado por personal pago de la Secretaría Privada, y a Woollands sólo le tocara la función de leerlo. “Javier ha cambiado su postura política y moral que lo refleja en la historia del vecinalismo, por algo que lo está coaccionando”, agregó.
Además, el concejal recordó la gravedad de la situación de todos los edificios escolares del distrito, y no solamente de los que corresponden a la administración provincial. Y aclaró que sacar dinero de otro lado no parecía ser una solución. Sostuvo que, hagan lo que hagan, sigue latente el viejo problema edilicio del sistema educativo provincial y municipal: “Si buscamos las alternativas de un dinero que está en una cajita feliz, pero sin declarar la emergencia, le estamos errando”, aclaró el edil.
Finalmente, sugirió: “si tenemos un Gobernador que todos los días nos hace propaganda con sus spots naranjas y le queremos prestar dinero, creo que se lo tenemos que prestar y nos lo devuelve en un crédito o impuesto que tenga el Municipio con la Gobernación”.
Los gremios
Una posición similar adoptaron el concejal Hernán Alcolea, del Frente Renovador, y José Reinaldo Cano, de Agrupación Atlántica. Este último explicó precisamente que la cuestión de los 25 millones sería llevada votación dentro del recinto, y que quienes votaran por el sí, luego deberían hacerse cargo administrativamente de estar apoyando un nuevo hecho de malversación de fondos. No solamente ante el Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires, sino además por el incumplimiento con lo indicado por la Ley de Sociedades Comerciales.
Pero como es habitual, la operación política para que el intendente pudiera hacer su voluntad comenzó exactamente por el gremio, es decir SITOS, el sindicato del personal de Obras Sanitarias. Con ellos acordó el intendente para ganar su anuencia y favor, y de allí salió el documento por el cual la Comisión Directiva le comunicó a sus afiliados las felices negociaciones realizadas.
Indica en su texto que se han asignado 25 millones de pesos de partidas que estaban destinadas a obras en diferentes barrios, para arreglos en edificios escolares, y que además, lo acordado implicará la incorporación de personal: “… el ingreso de doce personas que serán seleccionadas de nuestra bolsa de trabajo”.
Dice textualmente: “esta Comisión Directiva ha logrado se destine una partida de diez millones, los cuales se asignarán a ítems de presentismo y reestructuración de distintos sectores de la empresa para este año (agosto- diciembre)… También contamos con el compromiso del intendente municipal de finalizar el convenio colectivo de trabajo y comenzar aplicarlo para el ejercicio 2015, para lo cual será contemplado en las partidas presupuestarias del próximo año…”.
Claro y concreto. Un acuerdo realizado con el gremio, en el que a cambio del consentimiento de los empleados para que se use el dinero de OSSE, el intendente les hace promesas de mejora salarial, les da dinero en concepto de presentismo, y además los habilita para darle trabajo a doce personas que elegirán ellos. De esa manera se obtuvo la firma respaldatoria de esta comisión directiva.
Pero por supuesto que el gremio tiene también una lista disidente, que es presentada por Guillermo González. El dirigente, en su entrevista con la emisora 99.9, explicó que los trabajadores que representa no están de acuerdo con la forma en la que la comisión del gremio hace las cosas: “la bolsa de trabajo la manejan ellos, a dedo; primero van los familiares…”.
Dijo además que ellos querían mostrar su disconformidad con que el dinero que la empresa recaudaba se destinara para otros fines, y que por esa razón habían hecho una convocatoria de empleados que mostraban esta posición, en el playón de Obras Sanitarias. Pero agregó que los posibles asistentes habían sido amenazados con una sanción de suspensión, y que por eso habían debido dejar la reunión sin efecto.
Por esa razón, explicó, ahora solicitaban una asamblea para exponer su opinión en disidencia, y que si no eran atendidos, tomarían otra medida: “No sé… pararemos la empresa”, dijo.
Esta es la situación. Las escuelas afectadas seguirán sin clases al finalizar el receso, porque hasta el momento no se ha encontrado una solución. El intendente ha propuesto únicamente continuar con los mecanismos de malversación, y llevarlos ahora a OSSE, a lo que el concejal Abud ha llamado “la cajita feliz”. Con lo que Alcolea denominó la “frazada corta”, que descubre los pies cuando se tira de arriba.
Muchas metáforas para denominar el estado de emergencia que determina un dinero que no está. Y que debió estar el año pasado, para que este año las escuelas no se vinieran abajo.
Ahora resta la votación en el Concejo, y ver quiénes apoyan al oficialismo en su camino de seguir haciendo las cosas mal. Mientras tanto, las clases comenzarán sin agua, ni luz, ni muebles, pero con muchísimo más frío. La red de gas tampoco funciona en todas las escuelas, y muchas tienen los calefactores rotos.