Un “califato islámico” fue declarado durante el mes de julio en Medio Oriente. El grupo detrás de esta proclamación, ISIS, cambió su nombre por el de “Estado Islámico”. La BBC habló con un detractor sobre la vida en el interior de este grupo yihadista.
ISIS no es una organización fácil de dejar. Encontramos a un hombre que lo hizo y que vive atemorizado por las consecuencias de su acto.
“La brutalidad de ISIS aterroriza a cualquiera”, dice, “mi familia, mis primos, mis hermanos todavía están allí. Temo por ellos. Si ISIS no puede alcanzarme, buscará a mi familia”.
Estaba nervioso y aceptó grabar la entrevista solo después de una discusión que duró varias horas, entre sorbido y sorbido de los tradicionales vasos pequeños de té dulce y caliente.
Solo habla con nosotros si no revelamos su identidad. Le prometemos no usar su nombre y, cuando prendemos la cámara, se envuelve en su kufiyya, pañuelo que se usa en Oriente Medio.
Arranca el diálogo resumiendo las tácticas de ISIS en pocas palabras: “si estás en mi contra, serás asesinado. Si estás conmigo, trabajas conmigo. Te entregas a mi voluntad y me obedeces en todo lo que diga”.
“Corazón apasionado”
Existen pocas historias sobre cómo trabaja el grupo. No sorprende, si se toma en cuenta que ISIS dice que considerará espía a todo periodista extranjero que entre en su territorio. Por eso, viajamos a la frontera de Turquía con Siria para encontrarnos con el desertor.
La frontera está plagada de casas seguras y líneas de aprovisionamiento para los insurgentes sirios. Pero Turquía ha dejado claro que ISIS no es bienvenido, por lo que es posible encontrar gente que haya buscado refugiarse del Estado Islámico en esta zona.
El desertor se había unido originalmente a una brigada islámica del Ejército Libre Sirio para pelear contra el régimen de Bashar al Asad. Pero pasó a las filas de ISIS cuando toda su tribu juró alianza al grupo, y porque creía en la creación de un Estado islámico.
Sus primeras órdenes, como soldado de ISIS, fue asistir a un curso en Sharia, o ley islámica. “No los principios del Islam, los principios del Estado Islámico. Te enseñan el Islam que ellos quieren”, explica.
“Apelan a tu corazón, no a tu mente, así tu corazón se apasiona con sus palabras. Ésta es la primera etapa. La segunda son ejercicios militares, entrenamiento de combate”, cuenta.
Relata que ISIS aprendió las lecciones de Irak en los primeros días de la insurgencia antiestadounidense. En ese momento, la población sunita fue alienada por los rebeldes. En Siria, agrega el detractor, ISIS ha tratado de hacer las cosas diferentes en cada lugar que ha entrado: “al comienzo, ISIS utilizaba la bondad con la gente para atraerlos, y le proveían de lo que necesitaban para atraerlos rápido, porque ellos habían sufrido mucho bajo Asad y su régimen. Una vez que los atraían, ISIS cambiaba completamente. De ser buenos a ser crueles y despiadados. ¡Estás conmigo o contra mí! No hay nada en el medio”.
Ley islámica
En todas las ciudades y poblados que controla, ISIS ha implementado una versión muy conservadora de la Sharia. Las reglas que rigen la apariencia personal se aplican estrictamente: barba para los hombres, velo total para las mujeres, y así toda la población.
“Cualquier cosa que contradiga las creencias está prohibido. Cualquiera que siga lo que ellos rechazan es un apóstata y debe morir”, dice el desertor.
Nuestro productor conversó con una mujer que huyó con su marido y sus hijos a Turquía desde la ciudad siria de Raqqa. Ella dice que un soldado de ISIS que patrullaba las calles la amenazó luego de que ella accidentalmente mostrara un centímetro de sus pantalones: “estaba vistiéndola (la niqab), pero olvidé levantarla cuando salía del auto. No sé cómo me vio, realmente no sé. Y él era egipcio, desafortunadamente. No era un sirio preocupado por una mujer de su país”.
El desertor dice que es una estrategia deliberada de ISIS el utilizar extranjeros para patrullar las ciudades que controlan: “el Estado Islámico ha traído gente de otros países, de diferentes nacionalidades, que son muy jóvenes y se les puede lavar el cerebro y adoctrinar con la ideología del grupo. Y así controlan área, no a través de gente local sino consus propias fuerzas, con los hombres que ellos preparan para esa tarea”.
Los yihadistas de Isis desean volver a lo que ellos ven como una forma más pura del Islam, cuyo origen son los tiempos del profeta Mahoma y sus compañeros. Su interpretación del Corán es literal.
El líder del Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, se ha proclamado a sí mismo “califa”, un descendiente de Mahoma y de su tribu. Y ha exigido que todos los musulmanes, en cualquier parte del mundo, le juren lealtad, algo que ha sido cuestionado por otros líderes religiosos de la región.
Pero Baghdadi también es descrito como un líder astuto. Informes llegados desde Mosul, por ejemplo, hablan de medidas destinadas a incrementar la confianza. Barreras de seguridad han sido levantadas para abrir caminos, las líneas de electricidad restablecidas y los salarios municipales pagados.
Si esto no funciona, Isis puede confiar en el látigo y la espada, como ha hecho en varias ocasiones en el pasado.