Un ex funcionario dice que en 2008 intercedió en la Sedronar para apurar esa importación.
Máximo Zacarías ingresó a un despacho de la Sedronar. Estaba muy traspirado y visiblemente nervioso. Sin dar vueltas, se interesó por un expediente para importar 1000 kilos de efedrina. La escena ocurrió en mayo de 2008, según relató un ex funcionario de la Sedronar a su entorno íntimo en los últimos días. Máximo, más conocido como Rito, por su segundo nombre, es empleado del PAMI desde hace varios años (en marzo logró un traslado a la seccional de Quilmes), pero tenía injerencia en la Sedronar a través de su hermano Miguel, quien cumplía funciones como secretario de José Granero.
A mediados de 2008, un año clave en el escándalo de la efedrina por el Triple Crimen y la posterior resolución oficial que prohibió las importaciones, Máximo se involucró en el trámite de 1.000 kilos de efedrina. Gran parte del cargamento, tramitado por Droguería Libertad, terminó en manos de Carlos Edelmiro González, un empresario farmacéutico de Formosa, con procesamiento firme de la Cámara de San Martín por haberle vendido efedrina a Mario Segovia, denominado el “Rey de la Efedrina”. González fue detenido en 2009 por el ex juez de Campana, Federico Faggionatto Márquez.
La presencia de Máximo, el menor de los Zacarías, en la Sedronar llamó la atención de los funcionarios que lo atendieron. El pedido llegó a oídos de Granero, quien dio la orden de informar por escrito ante Gabriel Abboud, otro de los funcionarios procesados por la jueza María Servini de Cubría.
Para entonces, la importación de efedrina ya estaba descontrolada. Según datos revelados por los abogados de la Aduana esta semana ante el Tribunal Oral Federal 4, en 2004 se importaron 2.900 kilos y en 2007 ya había crecido a 19.150 kilos. Durante todo ese tiempo, Miguel Zacarías, amigo de Néstor Kirchner, ganó poder dentro de la Sedronar.
“Miguel no era el secretario de Granero, era el jefe”, graficó un ex funcionario del organismo ante Clarín.
Los otros dos hermanos son Luis (trabaja en la privada de Cristina) y Rubén, quien estuvo en Ceremonial hasta enero de 2013.
La jueza Servini de Cubría describió en su fallo cada uno de los llamados que realizaba Miguel Zacarías a la Casa Rosada y al PAMI cada día que se aprobaba un cargamento. También detectó que ese funcionario se comunicó al menos dos veces con el empresario Augusto Abraham, de Farmacéuticos Argentinos (FASA), uno de los mayores importadores de efedrina. Los registros de esas llamadas desaparecieron en la empresa Movistar.
Miguel Zacarías aterrizó en Buenos Aires junto con los Kirchner. Su primer destino fue el PAMI, una caja tentadora para distintas administraciones. Al año siguiente desembarcó en la Sedronar. La tensión con Granero fue en aumento. En junio de 2008, el ex titular de la Sedronar se sinceró ante un empleado de Santa Cruz, también investigado por la jueza Servini de Cubría: “Miguel me confesó todo, abran bien los ojos”.
“Granero es responsable por lo que pasó en la Sedronar, pero no es la persona que orquestó esta maniobra”, le dijo ayer a Clarín la diputada Elisa Carrió. También se mostró asombrada con el fallo de Servini de Cubría, que procesó a tres funcionarios de la Sedronar. “Estoy preocupada porque el fallo no toca a Aníbal Fernández”.