La riqueza del país asiático se contrajo en un 1,7% en el segundo trimestre del año
El Producto Interior Bruto (PIB) de Japón experimentó en el segundo trimestre del año una contracción del 1,7% respecto a los tres meses anteriores, cuando había crecido hasta un 1,5%. Este dato supone una caída anualizada del 6,8%, la más intensa desde el primer trimestre de 2011, cuando el país fue golpeado por un terremoto y el tsunami posterior con efectos devastadores.
Los números publicados por el Gobierno nipón reflejan el impacto negativo derivado de la subida del IVA aplicada el pasado 1 de abril, cuando el impuesto que grava el consumo subió del 5% al 8% y provocó una caída del 5% del consumo privado, cuyo peso en la economía local alcanza el 60%. Por su parte, en valores anualizados, las exportaciones japonesas disminuyeron un 1,8% en el segundo trimestre, mientras que las compras al exterior se hundieron un 20,5%.
La inversión de capital corporativo, por su parte, registró una caída intertrimestral del 2,5%. Hasta la inversión pública, una de las tres herramientas con las que el primer ministro Shinzo Abe ha alimentado el impulso que ha vivido la economía nipona desde hace un año y medio, mostró un retroceso del 0,5%.
La contracción de la economía asiática, la mayor desde el trimestre enero-marzo de 2011, podría empujar al Banco de Japón (BOJ) a presentar un paquete de estímulo adicional. La entidad puso en marcha en abril de 2013 un agresivo programa de compra de activos con el que pretende duplicar la base monetaria para 2015 y lograr una subida de precios estable que se sitúe en torno a un 2% interanual y acabe así con el ciclo deflacionario.
Los datos macroeconómicos del periodo abril-junio también podrían hacer que la administración Abe se plantee aplazar la subida de dos puntos porcentuales del impuesto sobre el consumo prevista para abril de 2015.