El principal producto de exportación para Argentina ha caído 80 dólares en su cotización.
Los altos precios de la soja comenzaron a desinflarse cuando se supo que los Estados Unidos, el mayor productor global, obtendría una cosecha récord suficiente como para recomponer los stocks globales de la oleaginosa. Este panorama podría empeorar, ya que las primeras estimaciones también predicen una oferta récord desde Brasil y la Argentina, los otros dos grandes proveedores globales.
La firma brasileña Agroconsult fue la que tiró ayer el nuevo baldazo de agua fría, al señalar que el vecino país muy probablemente producirá un récord de 95,1 millones de toneladas de soja en la cosecha 2014/15, que comenzará a sembrarse allí a fin de mes. Para la Argentina, los expertos brasileños también aguardan una mejora de la producción, con 56,6 millones de toneladas de soja, cerca de 5% más que en el ciclo anterior.
Este es el contexto que domina las decisiones en el mercado de Chicago, donde la soja cerró ayer a 400 dólares por tonelada en la posición más cercana, pero a 377 dólares cuando se habla de mayo de 2015, fecha de ingreso de la nueva cosecha argentina. La pérdida ha llegado a 80 dólares por tonelada en apenas tres meses.
No hay señal en el horizonte cercano que permita ilusionarse con una reversión de esta tendencia. El jueves, para colmo, el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) actualizará sus estimaciones de oferta y demanda mundial, y los analistas aguardan subas en los rindes proyectados para la cosecha estadounidense de maíz y soja, que está dando sus primeros pasos.
Pese a la baja de precios, que obliga a ajustar mucho los números de los productores, no es descabellado pensar que la Argentina pueda superar en 2014/15 su reciente cosecha récord de soja, que fue de 54 millones de toneladas. En estos escenarios de contracción de la actividad agrícola, la soja actúa como refugio, pues tiene un costo de producción menor a los de maíz y los márgenes que ofrece son mejores.
En rigor, la Bolsa de Rosario está pronosticando que la próxima siembra de maíz se contraerá nada menos que 25%. Y muchos lotes que no serán ocupados por el grano forrajero serán implantados seguramente con soja.