La ONU acepta regular la reestructuración de deuda soberana

La resolución patrocinada por los países emergente y en desarrollo logró 124 apoyos en la Asamblea General, pero no tiene carácter vinculante para los miembros.

Héctor-TimermanArgentina fue el detonante y el resto de economías en desarrollo y emergentes deciden actuar ahora en las Naciones Unidas para evitar ser víctimas en el futuro de los fondos especulativos. La Asamblea General votó con este objetivo una resolución para empezar a dar orden y hacer más justos los procesos de reestructuración de la deuda soberana con un mecanismo específico. La iniciativa del G77 y China, que no es vinculante, contó el apoyo de 124 países. Once votaron en contra, como EE UU, porque creen que el asunto debe ser abordado en otros foros.
La resolución de la ONU pretende ser el germen para crear un marco legal multilateral que regule estas situaciones financieras, para como reza el documento “aumentar la eficiencia, la estabilidad y la previsibilidad del sistema financiero internacional”. De esta manera, continúa el texto, se logrará un “crecimiento económico sostenido, incluyente y equitativo y un desarrollo sostenible”, que evite litigios como el de Argentina que crean un efecto dominó en el mercado de deuda.
El objetivo de esta convención, por tanto, es reforzar la legislación internacional para prevenir futuras crisis y su impacto en las economías de los países en desarrollo. Por eso la resolución pone en evidencia que este tipo de problemas financieros deben ser resueltos de una manera “oportuna, eficaz, comprensible y duradera”, con soluciones “aceptables para todos” y favorables para el desarrollo de los países más vulnerables antes choques financieros.
Los patrocinadores de la resolución insisten en que los procesos de resolución de la deuda soberana no son solo una cuestión de carácter financiero, sino que están vinculados también al desarrollo económico y social de un país. Estas crisis, insisten, son costosas y económicamente perjudiciales para los ciudadanos de los países afectados, por vía del recorte en el gasto público. Por eso los patrocinadores proponen que se tenga en cuenta en estos procesos la capacidad de pago.
La intención, como explicó Hector Timerman, ministro argentino de Exteriores, es tapar un “enorme vacío legal” en la arquitectura financiera que da alas a los “fondos buitres”, que define como la parte más extrema del sistema capitalista. El caso de Argentina tras el fallo del juez Thomas Griesa en Nueva York, señala, es el ejemplo de que el marco actual no es justo y que otros países están a riesgo de ser víctimas en el futuro de situaciones similares.
“Tenemos que poner coto a la especulación extrema”, dijo tras el voto Timerman, que denunció ante la ONU el “uso y abuso” que los fondos buitres hacen de las reglas. El mecanismo de resolución, insistió, debe respetar a la mayoría de los acreedores. La deuda soberana, indicó, está relacionada con el hambre y la miseria. “Son rehenes de la mano invisible del mercado”, remachó. “Nuestra preocupación no es nueva y se ha expresado en otros foros”, recordó.

Mayor papel de la ONU

Sacha Llorenty Soliz, representante permanente de Bolivia ante la ONU, calificó el voto de “trascendental” porque busca que este tipo de asuntos financieros no esté controlado por el Fondo Monetario Internacional y los países desarrollados. El diplomático espera así que el proceso permita revitalizar el papel de las Naciones Unidas en cuestiones financieras y reiteró que es una cuestión “urgente”, que muestra el fracaso a la hora de crear un mecanismo regulador.
El G77, presidido este año por Bolivia, está integrado por 133 países. La resolución de la Asamblea General necesitaba la mayoría simple para prosperar. Pero pese a su carga política y al efecto altavoz del órgano que representa a todos los miembros, el texto no es vinculante. Lo que está por ver es si logran el objetivo de lanzar la negociación de esta convención antes de final de 2014, con vista a adoptarla en un año, y de qué manera se implica al sector privado.
La delegación de EE UU, en la explicación del voto, indicó que este tipo de resoluciones crean incertidumbre en los mercados financieros y podría llevar a los futuros acreedores a no facilitar financiación a determinados proyectos en los países en desarrollo o a imponer una prima de riesgo mayor. Además, recuerda que ya hay foros internacionales dedicados a regular estas cuestiones. “Es un asunto técnico de gran complejidad”, dijo la representante estadounidense.
Argentina elevará el debate para crear este mecanismo de resolución al G20, el grupo que integra a las principales economías desarrolladas y emergentes, para que lo integre entre sus prioridades de trabajo. Un tribunal en Nueva York emitió este verano una sentencia que se puso al lado de las firmas de Wall Street que rechazaron la quita pactada en el canje de la deuda. “Esta conducta predadora seguirá sucediendo si no se resuelve ahora”, concluyó Llorenty Soliz.