Los manifestantes pro democracia que bloquean las calles de Hong Kong desde la semana pasada encontraron en una aplicación telefónica una nueva manera de comunicarse sorteando las dificultades de las autoridades, que han censurado las imágenes y noticias de las protestas.
Los manifestantes buscaron una alternativa despues de ver que el sitio Instagram había sido bloqueado en China y que muchos más mensajes de lo habitual eran censurados en el sitio chino de microblogging Sina Weibo, similar a Twitter.
Además, el domingo circularon rumores en Hong Kong de que las autoridades de esta región administrativa especial planeaban apagar las redes de telefonía de la ciudad.
Como consecuencia, en apenas 24 horas 100.000 personas en Hong Kong descargaron una aplicación telefónica que les permite comunicarse entre sí aun sin tener acceso a cobertura telefónica ni a internet.
MENSAJES EN CADENA
Haciendo uso de las tecnologías de Bluetooth y WiFi presentes en los teléfonos inteligentes, los manifestantes se están comunicando a través de Firechat.
Esta aplicación permite que los mensajes se vayan expandiendo como en cadena, saltando de un usuario a otro cercano.
Dentro de la aplicación, las conversaciones se distribuyen por tema o por cercanía con otros usuarios.
Y los mensajes pueden ser compartidos anónimamente.
El domingo hubo un momento en que 33.000 personas en Hong Kong estaban utilizando la aplicación a la vez.
Este sistema es particularmente eficaz cuando hay grandes cantidades de gente concentradas en un mismo lugar, como en un festival de música o en una protesta.
Micha Benoliel, director ejecutivo de Open Garden, la empresa que creó la aplicación, le confirmó a la BBC el enorme aumento de descargas de Firechat desde Hong Kong.
El domingo hubo un momento en que 33.000 personas en Hong Kong estaban utilizando la aplicación a la vez.
Tecnología para protestas y emergencias
La aplicación Firechat ya había disfrutado de cierto protagonismo a principios de año, durante otras protestas en Taiwán y en Irán.
Pero nunca antes a esta escala, le dijo Benoliel a la BBC.
El uso de esta tecnología “fuera de red” se ha popularizado en los últimos años en distintas protestas multitudinarias de todo el mundo y cobró fuerza durante la primavera árabe.
En cada país o en cada ola de manifestaciones se puede volver popular una aplicación diferente, pero todas tienen la misma tecnología de fondo.
Algunas, como Zello, que se usó en protestas en Venezuela, funcionan como una aplicación de radio o walkie-talkie para móviles, que puede usarse via Bluetooth.
Esta tecnología también se está explorando en proyectos de ayuda humanitaria en casos de emergencia en los que la red de telefonía está caída.
El proyecto Serval, por ejemplo, concebido a partir de la situación en Haití tras el terremoto de 2010, quiere que en el futuro los usuarios de teléfono en una situación de emergencia puedan hacer llamadas y enviar archivos o mensajes de texto a otros usuarios cercanos.
Además de la comunicación “fuera de red”, hay otras aplicaciones útiles en situaciones de protestas o censura, como Silent Voice, Silent Text, Open Garden o Freenet, entre otras.
Estas aplicaciones sí requieren de una concexión a internet para funcionar, pero permiten encriptar la información del usuario para ocultar su localización o el contenido de lo que comparte.