Los millonarios contratos que mueve el sector petrolero motivaron que el organismo recaudador ponga especial interés allí.
Unas 50 empresas de servicios petroleros radicadas en Neuquén y Río Negro están bajo la lupa de la AFIP por supuestas maniobras irregulares en su facturación.
Según explicaron desde el organismo federal al diario “Río Negro”, en algunos casos ya se avanzó y notificó y en otros se está trabajando. “Hay firmas a las que inclusive se les suspendió la matrícula para importar”, indicó un vocero de la administración que conduce Ricardo Etchegaray.
Sin embargo aclaró que, de comprobarse alguna irregularidad, no todos los casos constituyen delito. Los más graves son aquellos donde se sospecha de lavado de dinero, algo a su vez complicado de acreditar.
“Lo que más se ven son casos de inconsistencia entre los balances y la facturación. Entonces inmediatamente se sospecha que pueden estar utilizando facturas truchas”, indicaron desde AFIP.
Explicaron que esta investigación es un desprendimiento de la que realiza el organismo a nivel nacional y que involucra también a grandes operadoras como YPF.
En estos casos, los documentos apócrifos se utilizan para evadir impuestos a través de operaciones en negro. A menudo ocurre que el receptor de la factura no se entera de que es trucha y puede ocurrir que el emisor tampoco lo sepa y se trate de una maniobra de algún empleado. Por eso, las empresas tienen la posibilidad de hacer descargos en caso de ser notificadas.
Los millonarios contratos que mueve el sector petrolero en Vaca Muerta motivaron al organismo recaudador a poner especial interés en la zona. De hecho, en los últimos meses hubo varios encuentros entre miembros del organismo y las dos principales cámaras pymes locales, Capespe y Ceipa. A ambas se le pidió información sobre sus socios, que ahora está bajo análisis.
Pero la AFIP no sólo investiga a empresas nucleadas en esas organizaciones. También hay firmas que operan por afuera. La mayoría son proveedores de primer nivel de las distintas compañías de la cuenca. Entre ellas figuran firmas de los rubros más diversos: transporte, obras civiles, alquiler de trailers, laboratorios, construcción, emergencias médicas, metalúrgicas y grúas, entre otros.
En general se trata de pymes de servicios. Pero en el sector petrolero, donde todo cotiza en dólares y de a millones, hasta una firma chica posee facturaciones muy grandes. Por esa razón la AFIP está particularmente interesada en el sector, que vive una especie de verano económico gracias al boom de los no convencionales.