La multinacional de CD liquida su filial después de que la Audiencia Nacional le impusiera una fianza por IVA y canon digital.
La Audiencia Nacional acogerá entre el 1 de diciembre y el 28 de enero un gran juicio por un fraude del IVA y el canon digital: el de la multinacional de CD y DVD Verbatim. Según la Abogacía del Estado, entre 2005 y 2008 defraudó 10,76 millones de euros de IVA simulando ventas a Portugal. Aunque los dos máximos directivos de la época y siete intermediarios se sentarán en el banquillo, si acaba en condena no habrá nadie a quien cobrarle. Verbatim España está en liquidación, un proceso que comenzó en diciembre de 2013, dos meses después de que la Audiencia le impusiera una fianza de 19,24 millones como posible responsabilidad civil, de la que solo logró recuperar 1,4 millones, según fuentes del caso. Además, la compañía ahora en liquidación tiene entre 1,5 y 2 millones más que podría aportar a la Audiencia.
Los procesados por el fraude también tienen sus bienes embargados, pero fuentes del caso explican que con sus viviendas y algunas cuentas no llega ni de lejos para la fianza impuesta. La liquidación de la filial española no implica que ya no haya productos Verbatim en tiendas spañolas. La multinacional dirige el negocio desde Francia. Al menos dos de los comerciales de Verbatim Francia trabajaban antes para Verbatim España.
En 2008, la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA) denunció a la Guardia Civil que Verbatim,propiedad del Grupo Mitsubishi y líder en el mercado de CD y DVD, defraudaba a Hacienda y no pagaba el canon digital que entonces se cargaba sobre estos soportes.
El juzgado de instrucción 6 de la Audiencia Nacional comenzó una investigación que el 31 de marzo de 2009 llevó a la detención de 18 personas. Entre ellos estaba el consejero delegado de Verbatim para España y Portugal, Luis Fisas, y el responsable de ventas, Álex Lozano, además de testaferros y empresarios.
Según las conclusiones de la abogacía del Estado, habían armado “un entramado societario diseñado para defraudar a la Hacienda Pública” el IVA y el canon digital por copia privada.
Para ello, Verbatim simulaba que gran parte del material que recibía de su matriz “se destinaba a la venta a sociedades mercantiles de nacionalidad portuguesa, que, acto seguido, estas procedían a introducir de nuevo en el mercado español mediante su venta a sociedades españolas, las cuales procedían a su venta definitiva en el mercado interior español, sin proceder el ingreso del IVA a que estaban obligados mediante la omisión de la presentación de las declaraciones tributarias o mediante el falseamiento de los datos contenidos en las mismas”.
Es lo que se denomina como fraude carrusel. Las empresas pantalla, conocidas como truchas, son liquidadas antes de hacer la declaración del IVA. Había cinco sociedades portuguesas que supuestamente recibían la mercancía e inmediatamente lo mandaban de vuelta a España a empresas pantalla. Acababan en pequeñas tiendas.
La fiscalía, la Agencia Tributaría y la Abogacía del Estado sostienen que en realidad los CD y DVD estaban en manos de Verbatim en España, que había diseñado este sistema para ahorrarse el IVA, el canon digital por copia privada y así ganar cuota de mercado, que llegó a superar el 50% en España.
Las cifras bailan según quién las maneje. El fiscal sostiene que el fraude del IVA sería de 4,11 millones si no se tuviera en cuenta el canon digital y de 13,5 millones si se contemplara el IVA de este canon. La abogacía del Estado cifra el IVA defraudado en 10,76 millones. EGEDA reclama 19,29 millones, la parte que le corresponde de lo que calcula defraudado en total por el canon digital: 89,675 millones.
En junio de 2013 el juez Eloy Velasco procesó a nueve de los imputados por delito fiscal, colusión de mercado y asociación ilícita. Consideró a Verbatim como “responsable civil directo”. Cuando se produjeron los hechos aún no estaba en vigor la reforma del Código Penal que contempla la responsabilidad penal de las empresas. En octubre pasado, dictó sobre Verbatim una fianza de 19,245 millones por si resultara condenada.
Concurso de acreedores
Solo un par de meses después, Verbatim cambió de nombre a V-Es Data for Life y presentó un concurso de acreedores. La fianza de la Audiencia Nacional fue causa de ese concurso, según admite el presidente de la compañía en Europa, Oriente Próximo y África, Gary Milner. “V-Es Data for Life decidió terminar con las operaciones en España por una combinación de dos factores, la desaceleración económica en Europa y el impacto causado por las medidas cautelares de la fianza civil adoptadas por el juzgado que investiga las presuntas actividades ilegales de dos exempleados”, explica en un correo. Verbatim se ha distanciado de sus dos exdirectivos, a los que culpa de todo lo ocurrido: “La investigación se ha limitado al ex director general y al exdirector de ventas. Ningún miembro del consejo de la filial española ha sido acusado. Nadie más en el grupo o la compañía ha sido investigado”.
Sobre otros temas, Milner remite al administrador concursal designado en 2014, que no ha querido hablar para esta información. En agosto puso la compañía en liquidación después de que el concurso de acreedores fuera declarado fortuito, es decir, sin responsabilidad para los administradores, según destacan fuentes próximas a la empresa.
Verbatim culpa de todo a sus dos exdirectivos, para los que la fiscalía pide dos años y medio de cárcel. Pero estos se defienden atacando a la empresa. Rafael Roca, abogado de Luis Fisas, afirma que Verbatim estaba al corriente de todo: “No pueden decir que ellos no sabían nada”. En su defensa alega que Fisas y Lozano fueron despedidos seis meses después de ser detenidos, no inmediatamente. El letrado señala la astucia de Verbatim al liquidar su filial cuando la instrucción del caso ya estaba terminada, con lo que ha evitado que la Audiencia intentara ir contra la matriz. El abogado de Lozano también insiste en que si el fraude se produjo no fue para beneficiar a sus clientes sino a Verbatim.
Verbatim ha tenido problemas similares en otros países. En abril pasado, la prensa italiana informó de una operación contra un fraude de tipo carrusel que suponía una evasión fiscal de 252 millones de euros con productos de Verbatim.
Antes de cerrar, Verbatim España facturaba entre 12 y 14 millones al año —aunque llegó a 30 millones— y empleaba a 14 trabajadores, según fuentes de la compañía. Tenía unas oficinas en Barcelona y no fabricaba, así que en la liquidación ha dejado poco dinero para Hacienda. Según fuentes conocedoras de la operación, en el primer registro la Guardia Civil se incautó de unos 900.000 euros en las cuentas y cuando el juez Velasco dictó el embargo había aproximadamente medio millón. Es decir, que en vez de 19 millones el embargo real ha sido de 1,4 millones. Además, el liquidador tiene entre 1,5 y 2 millones en una cuenta a disposición de la Audiencia más otros 200.000 euros de créditos pendientes de cobro. “En cualquier caso está muy lejos de los 19 millones”, afirma una fuente próxima a la compañía.
Verbatim (que en latín significa “palabra por palabra”) fue fundada en 1969 en California y es de las compañías punteras en almacenamiento de datos: desde disquetes, CD, DVD, Blu-ray, discos duros externos, tarjetas de memoria flash, memorias USB y unidades SSD. Es propiedad de Mitsubishi Chemical Corporation Group y está presente en 120 países. Según su web, entre 2005 y 2009 fue líder en el mercado mundial de discos grabables y ahora ha entrado en el mercado de la iluminación LED.