El éxito de la formación fuerza a los dos principales partidos a acelerar sus planes Sánchez mantiene su decisión de no alcanzar un pacto global.
El ascenso de Podemos, primera fuerza del tablero político según la encuesta de Metroscopia publicada ayer por EL PAÍS, llevó ayer a dirigentes de los dos principales partidos a dos reflexiones conjuntas. En primer lugar, el éxito de la formación de Pablo Iglesias se debe a la repercusión de los escándalos de corrupción, cuyo último capítulo fue la semana pasada —cuando se realizó el sondeo— la investigación de la Operación Púnica, que alcanza sobre todo a políticos del PP y en menor medida del PSOE. En segundo lugar, tanto populares como socialistas confían en recuperar la iniciativa contra la corrupción, acelerando sus planes de regeneración con vistas al calendario electoral.
Los partidos de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez aseguran que su prioridad es luchar contra las conductas impropias. En este contexto, pese a haber vetado la comparecencia del jefe del Ejecutivo en un pleno monográfico sobre corrupción, el Gobierno y el PP quieren reactivar el debate sobre regeneración llevando al Congreso en noviembre el proyecto de ley de control de la actividad económico-financiera de los partidos y la norma que regula la actividad de los altos cargos de la Administración.
El secretario general del PSOE, no obstante, mantiene su decisión de no alcanzar un pacto global anticorrupción con el presidente del Gobierno, aunque el hecho de que no haya foto ni acuerdo no impedirá que ambos coincidan en la votación de alguna medida en la Cámara baja. Sánchez aseguró el sábado por la noche, tras conocer los datos de la encuesta que sitúa a su formación 1,5 puntos por debajo de Podemos, que el PSOE “ya ha frenado su deterioro y está empezando a crecer en votos”, aunque, concedió, de manera menos intensa. “Yo me considero un tío de izquierdas”, dijo en una entrevista en Telecinco, antes de resaltar: “A mí a ganas de cambiar la política no me gana nadie, y menos Podemos”. Joaquín Almunia, ex vicepresidente de la Comisión Europea, incide en una entrevista en EL PAÍS en su análisis de Podemos. “Hay que pasar de escuchar música a leer las letras […]. El problema no es exclusivo de España: la antipolítica y el populismo se dan en muchos países”.
El panorama que dibuja la encuesta de Metroscopia no ha dejado de provocar sorpresa y cierta conmoción en el PSOE. Los estudios cualitativos que ya maneja el principal partido de la oposición dejan claros dos parámetros: la subida de Podemos y por otro la acogida favorable a Pedro Sánchez como líder socialista. Aun así, fuentes de la dirección federal reconocen que “la corrupción política e institucional que se sustancia ahora en procedimientos antiguos suponen un elemento en contra de la recuperación del PSOE”.
El partido pretende llevar la batuta, y la ejecutiva federal mantendrá previsiblemente en Valencia a mitad de semana una reunión monográfica sobre regeneración que aprobará una declaración política en la que los socialistas se comprometen ante la sociedad a una “lucha implacable contra la corrupción y a la expulsión inmediata de quien pueda incurrir en prácticas irregulares”. La intención de Sánchez es que sus medidas, que también someterá a votación en el Congreso, tengan el máximo apoyo del resto de los grupos parlamentarios.
El PP —que se sitúa como tercera fuerza con un 20,7% según Metroscopia— y PSOE son conscientes de que no queda mucho para las elecciones de mayo. Dirigentes populares ven normal la indignación ciudadana, aunque achacan el mal resultado del sondeo a una hipotética abstención y confían en movilizar a su electorado tradicional. Mientras tanto, la dirección del PSOE mantiene que hasta entonces “quiere dar argumentos a miles de antiguos votantes socialistas” para que vuelvan.
La dirección de IU asegura que tomará nota. “Lo que si queda claro son las tendencias: una irrupción de Podemos y la realidad de que todo el voto de alternativa de la que IU había hecho su bandera se va” a ese partido, señala Ramón Luque, secretario de Política Electoral.