El cardenal Timothy Dolan estudia vender algunas.
A partir del año que viene, miles de católicos neoyorquinos no podrán acudir a su iglesia. La archidiócesis de Nueva York –que incluye a las parroquias de Manhattan, Bronx, Staten Island y varios condados del estado de Nueva York- ha decidido el cierre del 15% de sus 368 parroquias.
Lo anunció hace poco el cardenal Timothy Dolan en su columna en el diario «Catholic New York». «Ojalá fuera diferente. Preferiría aumentar parroquias o ampliar las que tenemos», reconoció Dolan.
Este «purgatorio», como lo definió el propio cardenal, afectará a 112 parroquias, que se fusionarán para dar lugar a 55 nuevas parroquias. En 31 de ellas, alguna de las iglesias ya no utilizará para dar misas, así que se cerrarán el próximo agosto.
La mayor reorganización
La mayor reorganización de la historia de esta archidiócesis, que acoge a 2,8 millones de católicos, se explica en que «simplemente tenemos demasiadas parroquias en zonas que tenían muchos católicos, y que ahora se han marchado a otros sitios», dijo Dolan. Puso como ejemplo Manhattan, donde hay 88 parroquias, «algunas de ellas a muy pocas manzanas la una de la otra. Los datos dicen que tenemos cerca del 25% de nuestras parroquias en una zona donde solo reside el 12% de los católicos de la archidiócesis».
Dolan también basó la decisión en un uso más eficiente de los recursos para atender las necesidades de la archidiócesis y en el menguante número de sacerdotes y religiosos. «Ya no tenemos suficientes sacerdotes para servir a 368 parroquias», reconoció. Y cada vez hay menos fieles en las iglesias: solo el 12% de los católicos de la región acudían de media a la misa dominical el año pasado.
Firmas para evitar el cierre
La desaparición de algunas parroquias no será fácil. Algunas de ellas, como la de Nuestra Señora de la Paz, en la calle East 62nd de Manhattan, ya ha conseguido 3.000 firmas para evitar su cierre. «Creemos que el cardenal se ha equivocado en esta ocasión», dijo Robert Corti, que dirige la protesta ante la decisión, en la misa del pasado domingo. Se trata de una parroquia que se autofinancia, está en el Registro Nacional de Lugares Históricos y tiene una congregación potente.
¿Qué pasará con las iglesias que se dejen de usar? Dolan dijo en una entrevista con «The New York Times» que algunas se podrían vender, aunque eso no ocurrirá en varios años.