Un grupo de investigadores argentinos logró descifrar como funciona la llamada “vía cerebral de la decepción”.
Por medio de una típica técnica experimental aplicada a roedores, un grupo de científicos del CONICET logró comprobar que al administrar antidepresivos a las ratas en laboratorio, la habénula lateral del cerebro se apaga por una mayor liberación de los neurotransmisores inhibitorios, descubriendo cómo el cerebro procesa los hechos negativos.
Se trata de un experimento en el que participó Joaquín Piriz, investigador del Instituto de Fisiología y Biofísica Bernardo Houssay de la Facultad de Medicina de la UBA, junto con científicos de la Universidad de California en San Diego (UCSD). Piriz realizó el descubrimiento en la llamada “vía cerebral de la decepción”, al comprobar cómo se regula la actividad de la habénula lateral del cerebro y su participación en los estados depresivos, publicó Tiempo Argentino.
Hasta el momento, y de manera experimental, en los casos más graves o refractarios se utilizó la estimulación cerebral profunda (técnica usada principalmente en el tratamiento de enfermedad de Parkinson), que mejora los síntomas de estos pacientes tras anular la actividad de la habénula lateral. Según los especialistas, la habénula lateral es un núcleo central del cerebro que se activa cuando el resultado de una acción es peor del que uno esperaba y envía la señal de que eso salió mal, o sea que señaliza la decepción. Los resultados de la investigación, que dirigió Roberto Malinow (UCSD) y fueron publicados en la revista Science, indicaron que en ese núcleo hay una liberación simultánea de los neurotransmisores excitatorios (glutamato) e inhibitorios (ácido gamma-aminobutírico-GABA), lo que da a la célula órdenes que son contrapuestas.
“Es relevante ya que no estaba descripto que pueda pasar algo así y abre un nuevo campo de investigación sobre la modulación de la actividad neuronal”, precisó el científico argentino sobre el hallazgo, y dijo que la actividad de ese núcleo está modulada por esta liberación dual de neurotransmisores y que de esta actividad depende la percepción de lo “decepcionante”. Detalló que “la neurona recibe tanto la señal de apagarse como la de prenderse al mismo tiempo, y de la proporción de uno y otro depende la respuesta si se activa o no”.
En un trabajo anterior publicado en 2011, en el cual Piriz es primer coautor, el mismo grupo de investigación había determinado que la hiperactividad de la habénula lateral –se sabe ahora que por mayor proporción de glutamato liberado– produce depresión, por lo que ahora estos nuevos conocimientos, anticiparon, “pueden abrir la posibilidad de nuevas terapias para tratar casos de depresión ya que indican con más precisión de qué manera actúa el cerebro ante los hechos negativos o decepcionantes, lo cual podría ser el origen de esa enfermedad”.