El Dr. Carlos Soriano, habló esta mañana en la 99.9 sobre el delicado tema de la Ley de Muerte Digna. A nivel nacional se aprobó una normativa y en Córdoba, se avanzó en otra ley con distintas características.
La muerte digna siempre es un tema delicado y que dispara distintas posturas. En Córdoba, se ha avanzado en una Ley que tiene diferencias con la planteada a nivel nacional y ha generado un debate entre los especialistas.
El Dr. Carlos Soriano, coordinador del Comité de Bioética Municipal, explicó las disidencias esta mañana en la 99.9: “en mayo de 2012, una semana después de que se sancione la ley de muerte digna a nivel nacional, los legisladores desempolvaron una ley que tenían hace mucho tiempo y era la de Declaración de Voluntades Anticipadas, declarando la ley de muerte digna cordobesa”.
En principio, señaló que “difieren en dos puntos fundamentales”. Luego abundó: “la ley nacional, en su artículo 1, indica que si el paciente está en un estado vegetativo irrecuperable y la familia así lo solicita, podrían ser suspendidos los tratamientos de hidratación y nutrición. En Córdoba, se obliga a brindar estos tratamientos”.
Sin embargo, no consideran que sea un punto importante para llegar a una muerte digna, bajo una explicación muy lógica: “los pacientes tienen toda su corteza cerebral muerta y después de determinado tiempo el daño es irreversible por lo que nunca serán capaces de sentir dolor, de tener pena, alegría, sentirse comunicado con su entorno más cercano o tener conciencia de lo que sucede a su alrededor”.
Si bien es duro de aceptar y difícil de digerir, los familiares empiezan a tomar conciencia de esta situación: “por estas causas y otras tantas, las familias se dan cuenta que esta persona está sobreviviendo pero ha dejado de ser quien era para convertirse en un cuerpo que respira como dice habitualmente la familia”. Los detractores de la ley como está en Córdoba alegan que no sería lo correcto suprimirles los nutrientes: “dicen que no darle nutrientes sería matarlos de hambre, algo que es falaz porque no tienen corteza y el hambre es una sensación que pasa por la corteza”, aclaró Soriano.
Por otro lado, remarcó la segunda diferencia entre ambas leyes: “si la declarante fuera una mujer embarazada o en período de gestación se suspende su declaración de voluntad anticipada. Eso se trata de poner para salvar al feto, pero ese feto no es viable por lo tanto van a morir los dos con la diferencia de que la mujer morirá indignamente”.
Esta nueva ley cordobesa, está en el camino de la reglamentación y, por eso, el debate es aún más grande: “después de dos años me llamaron para formar parte de la reglamentación de la ley. Logramos poner que se tendría que tener en cuenta la viabilidad fetal”.
Hay muchas aristas que se deben tratar a la hora de abordar un tema tan delicado, sin embargo, para el Dr. Soriano las cosas están muy claras: “tanto la ley nacional como la provincial prohíben directamente la eutanasia y el suicidio asistido, que implican una acción del médico para producir la muerte. En este caso es respetar la voluntad del paciente y permitir que la patología que lo está llevando a la muerte, lo deje morir en paz. Ese es uno de los fines fundamentales de la medicina”.