El psicólogo Leonardo Pontoriero se refirió de esta forma al crecimiento inminente de la violencia de género en la sociedad argentina y analizó de que forma se tratan estos temas en la sociedad y en los medios. “No es un fenómeno nuevo, pero es novedoso el espacio que se le brinda”, aseguró.
La violencia de género y los hechos que se han visto en los últimos años, han puesto en alerta a muchos especialistas y a la sociedad en su conjunto. El psicólogo Leonardo Pontoriero analizó en la 99.9 esta problemática teniendo en cuenta que en el último tiempo, la violencia se incrementado de manera notoria.
“No es un fenómeno nuevo, pero es novedoso el espacio que se le brinda. La mujer fue objeto y víctima de maltrato durante casi siempre. Es un fenómeno universal y transcultural. Se empezó a tomar conciencia con la lucha de muchas mujeres que se pusieron de pie ante esto. Lo nuevo es la violencia con la que el sujeto actual manifiesta su malestar en relación a otro”, aseguró en principio.
También se debe poner la violencia de género en el contexto de una sociedad que ya ha hecho de la misma violencia una moneda corriente: “la violencia toma una forma distinta, visible y agresiva en el hombre por sus características genéricas. Hay una violencia instalada que trasciende el género y tiene que ver con una necesidad de descarga en función de una sobre carga de tensión vinculada al estilo cultural que estamos tomando de trato”, dijo el especialista.
Hay una tendencia sexual que acentúa los comportamientos violentos desde temprana edad: “en el último tiempo hay un cambio en el comportamiento sexual, sobre todo del adolescente, esto no quiere decir que sea un acto de violencia. Tienen una vida sexual más activa quizás buscando la descarga de la angustia también”, remarcó.
El tratamiento mediático de estos casos también colabora con una naturalización de hechos tan desagradables: “el asesinato, la muerte y la violencia con la que se trata tanto el criminal como los medios que están violentamente generando información; es algo que trasciende la situación puntual. Hay una falta de respeto al cuerpo, al deseo y la situación del otro. Por otro lado tenemos las características del psicópata que mata por el sólo hecho de ver morir a la otra persona y lo deja al borde del placer”, diferenció Pontoriero.
Para empezar a revertir la tendencia, trabajar sobre el tratamiento de estas cuestiones se torna fundamental: “el punto es como se tratan estos temas, hay una pérdida del valor de la vida y ese discurso impacta en los niños. Entonces se genera la idea de que vivir vale poco, por lo que se provoca un estado de desvalor”, sentenció.
Todos estos puntos, que generan la violencia, nos llevan a un estado que termina afectando contra la vida de todos: “no hay cuidados y eso impacta en el discurso social; eso es lo que impacta en el valor de la vida. Perder la capacidad de asombro y que no nos subleve como personas, nos sumerge en una cultura donde la vida vale poco”, concluyó.