Los choques, los más violentos de las últimas semanas, se produjeron cuando miles de jóvenes intentaron rodear la sede del gobierno.
Los peores enfrentamientos en semanas se produjeron la madrugada de este lunes (01.12.2014) en Hong Kong, cuando la policía actuó para impedir que miles de manifestantes prodemocracia rodearan la sede central del gobierno, desafiando las órdenes para que se replegaran, luego de más de dos meses de protestas. Al menos 18 personas fueron detenidas por las fuerzas de seguridad.
Los dos grupos estudiantiles que han liderado las protestas, la Federación de Estudiantes y Scholarism, hicieron un llamado para intensificar las manifestaciones, en un intento por forzar al gobierno a ceder a sus demandas. Los grupos exigen que en las próximas elecciones del año 2017 haya libertad para elegir candidatos, y no se obligue a la ciudadanía a votar por nombres impuestos por la cúpula política de China, país al que pertenece Hong Kong bajo un régimen especial.
Desde el viernes, las multitudes bloquearon una importante pista frente a las oficinas del líder de la metrópolis, en el distrito Admiralty. Cientos de agentes policiales antidisturbios dispersaron a la multitud en escenas caóticas, obligando a los manifestantes a replegarse esparciendo gas pimienta y golpeándolos con garrotes para evitar que escalaran muros para salvarse. Una nube de gas lacrimógeno emergió en medio de un altercado muy violento.
Decenas de heridos
Pese a que la vía Lung Wo, a las afueras de la sede central del Gobierno, fue despejada relativamente rápido a primeras horas del lunes, grandes multitudes, muchas con gafas de protección y ropa blindada, se negaron a abandonar el área y siguieron presionando contra las líneas policiales, coreando la frase “¡Queremos el sufragio universal!”. Médico voluntarios atendieron a decenas de personas heridas tras la acción de la policía.
El estallido en el distrito Admiralty se produce tras cuatro noches de enfrentamientos en el distrito de Mong Kok, uno de los más grandes de la ciudad y la zona de protesta más volátil, que la policía logró despejar de manifestantes el miércoles. Pese a los nuevos enfrentamientos, lo cierto es que el movimiento ha ido perdiendo fuerza, debido al hastío de muchos ciudadanos ante las escenas de violencia.