Dos argentinos de apenas 31 años crearon el primer escáner 3D y el primer lápiz digital producidos íntegramente con piezas de fabricación nacional.
Con sólo 31 años, Santiago Scaine y Pablo González están al frente de una empresa que fabrica equipos basados en robótica e inteligencia artificial. “Siempre supe que todo esto se podía fabricar acá y quise llevarlo a cabo”, explica Santiago, y se muestra orgulloso por haber creado junto con su socio el primer escáner 3D y el primer lápiz digital del país, desarrollados por completo con piezas de producción nacional.
Según consignó Tiempo Argentino, Replikat es la empresa que dirigen, la misma que hace unos meses presentó la primera impresora 3D, también con diseño y piezas argentinas. En el caso del escáner, permite leer un objeto y devolverlo en un archivo en tres dimensiones. A partir de ahí, la impresora 3D puede reproducirlo en su forma física. A su vez, el lápiz digital, que es “de mucha precisión”, según sus creadores, permite dibujar “en el aire” todo tipo de objetos en tres dimensiones, a partir de un trazo de material plástico, o retocar una pieza, o mejorar una dañada. Scaine asegura que “con el lápiz se pueden retocar objetos, hacerles alguna mejora”, y “posibilita crear desde cero, hasta inventarle partes nuevas a una pieza”.
Los tres artefactos permiten, entonces, copiar un objeto, imprimirlo y retocarlo, lo cual ayudaría a que las empresas no tengan que esperar piezas costosas e importadas, y hasta confeccionar aquellas que ya no se fabrican.
La idea de crear un lápiz digital de industria nacional partió de haber visto uno en el exterior. A la hora de probarlo, sin embargo, aquel les resultaba demasiado lento. “No sabemos si va a terminar siendo un juguete para chicos o una herramienta de trabajo. Lo armamos para que sea el usuario quien nos diga para qué sirve. Nos ayuda a hacer dibujos sobre planos y unirlos para armar figuras en tres dimensiones. Si va bien, ahí sí usamos la impresora. Pero como una impresión larga puede demorar cien horas, primero se hace un boceto con lápiz y después se decide si se invierte ese tiempo”, dice Scaine.
Los tres artefactos permiten, entonces, copiar un objeto, imprimirlo y retocarlo, lo cual ayudaría a que las empresas no tengan que esperar piezas costosas e importadas, y hasta confeccionar aquellas que ya no se fabrican.
“Nos llevó casi un año el desarrollo del escáner. Logramos un producto en el que uno puede colocar una pieza y obtener el modelo en tres dimensiones, ahorrando tiempos a la hora del diseño”, dice Scaine a Tiempo Argentino, y advierte que con este desarrollo “hasta es posible escanear una pieza rota, sus pedazos separados, y juntarlos en la computadora”. El desarrollo del escáner se inició para ahorrar tiempos. “Porque con la impresora podés fabricar bastante rápido un producto, pero el modelado lleva tiempo. El escáner lo ahorra a la hora del diseño”, detalla uno de sus creadores.
Además de los beneficios que tienen para sus creadores los nuevos productos de fabricación nacional, la intención es desarrollarlos para la venta. “Estamos terminando con algunos ajustes tecnológicos para los escáneres, obteniendo las especificaciones, y van a estar a la venta próximamente”, adelanta Scaine, y detalla que costará cerca de 14 mil pesos, contra los más de 20 mil que cuestan los importados. “El lápiz nos va a llevar un poco más de tiempo porque no lo tenemos tan probado”, dice, y detalla que costará unos 3000 pesos.
Sobre el desarrollo tecnológico, Scaine destaca el cambio de paradigma experimentado por la Argentina en la última década: “Mi primer trabajo después de recibirme de técnico a fines de los ’90 fue en McDonald’s. El colegio técnico estaba fuera de moda. Hoy en día no creo lo que está pasando, que la Argentina haya puesto un satélite en el espacio.” El investigador destaca que en la última década hubo “un cambio muy fuerte de capacidad, de voluntad y de ganas en los argentinos, con apoyo del Estado”, y consideró que “las vías están dadas para que haya desarrollo tecnológico, antes no”.
Para Santiago, “el universo les cambió muchísimo a los chicos” porque “la posibilidad de tener una laptop hace que todos los egresados cuenten con la experiencia de haber tenido contacto con una computadora. Es un cambio de paradigma enorme.” Por ello, concluye: “El panorama se dio vuelta completamente para la ciencia y la tecnología, y espero que siga así”.
Un país con 3000 inventores
“La Argentina tiene cerca de 3000 inventores, de los cuales unos 50 son profesionales y el resto, amateurs; esa situación nos coloca en el primer lugar en América Latina”, aseguró a la agencia Télam Eduardo Fernández, director de la Escuela Argentina de Inventores (EAI), programa pedagógico único en el mundo. “Los inventores y los educadores tenemos el mismo mensaje: no hay que tenerle miedo a lo desconocido y no hay fracasos en la vida, sólo inconvenientes. Eso te marca. Tardé muchos años en darme cuenta de que inventiva y educación son inseparables”, resumió Mariana Biro, hija de Ladislao José Biro, inventor de la birome.