Según un estudio académico, hubo períodos de más expansión en la Argentina.
El crecimiento a tasas chinas como un diferencial del modelo es sólo parte del relato. Al contrario de lo que afirma el discurso oficial -construido sobre la falsificación de los datos del Indec-, el kirchnerismo no logró la mayor expansión económica de la historia argentina.
Es la principal conclusión de una investigación del proyecto Arklems -impulsado por especialistas de la UBA en colaboración con la Universidad de Harvard-, que analizó el producto bruto interno (PBI) de la Argentina durante los últimos 100 años (1913-2013). Su coordinador es Ariel Coremberg, un ex trabajador de Cuentas Nacionales del Indec.
“La Argentina completó el crecimiento económico más sostenido, más importante y más prolongado de nuestros 200 años de historia”, repite cada vez que puede y ante cada atril del que dispone la presidenta Cristina Kirchner. Pero eso sólo se sostiene por una manipulación estadística.
“El régimen macroeconómico actual, si bien se destaca por la recuperación acelerada del nivel de producción poscrisis, no es el único que presentó tasas chinas en el último siglo”, afirma el documento de Arklems.
“Por tasa acumulada y promedio anual, los períodos de mayor recuperación poscrisis fueron 1900-1913, 1913-1929, 1963-1974 y 2002-2014 (medido por el Indec)”, completa. “Se detectan aceleraciones a tasas chinas en diversos períodos de la historia argentina con diversos signos políticos y modelos macroeconómicos”, señaló Coremberg.
“Al término de la Primera Guerra Mundial, con los gobiernos radicales de Yrigoyen-Alvear en 1917-1924 (72%); en los primeros años de Frondizi, en 1959-1961 (15,6%); con Illia, en 1963-1965 (20,2%); con Carlos Menem, en 1990-1994 (33%) y con Néstor Kirchner 2002-2007 (46%)”, enumera el “paper” De las tasas chinas a los pocillos sin café.
Coremberg aclaró que este último período de crecimiento llegó tras la “mayor depresión económica de la historia argentina”, que incluso superó la crisis de 1930.
Los promedios anuales de esos períodos muestran que, por ejemplo, con Illia se alcanzaron tasas de crecimiento anuales de 9,6% o que en el período radical de principios de siglo XX (de Yrigoyen-Alvear) reflejó una expansión promedio anual de 8,1 por ciento. Ambos porcentajes superan los que registró Néstor Kirchner durante su mandato (7,9 por ciento).
“Se podría decir que el kirchnerismo tuvo seis años chinos y seis argentinos”, afirmó Lucas Llach, investigador de la Universidad Di Tella (UTDT). Llach recordó, por ejemplo, que en 1901-1913, el país tuvo un crecimiento de 107% o que el desarrollismo mostró un acumulado entre 1959-1971 de un 71 por ciento. Ambas medidas superan lo estimado por Coremberg para el período 2002-2014, que es de un 64 por ciento (o sea, un 4,2% promedio por año).
Coremberg se detiene en una aclaración sobre el período 2002-2014 y el impacto de la manipulación estadística que comenzó en 2007. Según el trabajo de investigación, el periodo 2002-2014 acumula un crecimiento del 64% en la serie Arklems encadenada y un 76% en la réplica de la serie base 1993 sin manipulación.
Por otro lado, la serie del Indec oficial base 2004 acumula un crecimiento de 92% para ese período, mientras que el base 1993 (Indec), suma 108 por ciento. Las series realizadas por Arklems pueden encontrarse en www.arklems.org
“Ello demuestra que las diferencias existentes se deben mayormente a la manipulación discrecional de las series oficiales a partir de la intervención en el Indec y en mucha menor medida al año base considerado”, aclararon los investigadores de Arklems. El estudio dice además que la “distorsión de las series oficiales se debe al abandono de las fuentes y métodos tradicionales de las Cuentas Nacionales a partir de fines de 2007”. Según el proyecto de estudios, “se demuestra que la manipulación es en su mayor parte discrecional y no sólo por resultado de una manipulación de tipo indirecta por aplicación de un índice de inflación oficial distorsionado”, se afirma.
Otra de las conclusiones a las que llega el estudio de Coremberg es que la Argentina fue el país que menos creció a largo plazo de América latina, por debajo incluso de Venezuela. Esto siempre medido por el PBI elaborado por los especialistas de la UBA. Incluso tomando el dato oficial para el mismo período, la Argentina aparece quinta, por debajo de Perú, Ecuador, Chile y Bolivia.
Esa medida se tomó entre máximos cíclicos recientes 1998-2012. “Una forma de aislar el análisis de los efectos cíclicos y considerar movimientos de mediano y largo plazo es comparar el crecimiento del PBI entre máximos cíclicos”, explicó Coremberg.
La investigación de Arklems estimó que el PBI de la economía argentina en los últimos 100 años (entre los años 1913-2013) creció 2,7% promedio anual. El estudio indicó además que el presente régimen macroeconómico -que incluye esta gestión política- muestra una tasa de crecimiento a largo plazo entre máximos cíclicos 1998-2013 de 2,2% promedio anual, por debajo de la tendencia 1913-2013 y de los periodos 1944-1974 y 1987-1998. El estudio cierra con otro dato: el PBI per cápita no crece desde 2008.