La actuación del capitán del ferry siniestrado en el Adriático está siendo ejemplar. Todo lo contrario de lo que ocurrió en el malogrado Costa Concordia.
En la cubierta del ‘Norman Atlantic’, el ferry que ardió en llamas la madrugada del sábado al domingo durante su travesía de Grecia a Italia, ya no queda prácticamente nadie, ni siquiera los 44 miembros de la tripulación, que han sido los últimos en ser rescatados. Sólo un hombre se niega a abandonar el barco. Es Argilio Giacomazzi, capitán de la nave, que junto a cuatro hombres de la Marina militar italiana, está intentando llevar a cabo una complicada operación de remolque de la nave, hasta ahora sin éxito.
A falta de conocer las causas que originaron el brutal incencio, Argilio Giacomazzi, un experimentado capitán de 62 años originario de La Spezia, ya ha sido bautizado en Italia como el ‘anti-Schettino’. Hasta el momento, su trabajo al frente de la desgraciada embarcación está siendo incuestionable. Nada que ver con la cobarde actuación de Francesco Schettino, el capitán al frente del crucero ‘Costa Concordia’, que naufragó en enero de 2012 frente a las costas de la isla italiana del Giglio dejando más de 30 muertos, y que se enfrenta a 20 años de prisión por homicidio culposo múltiple y abandono del barco.
“No se si mi marido es el ‘anti-Schettino'”, dice Paola, la esposa del capitán, a los medios italianos. “No conozco a Schettino pero conozco a mi marido, y él nunca abandonaría el barco”, añade. Con más de 40 años de carrera a sus espaldas, su mujer reconoce que el capitán Giacomazzi ha navegado por océanos y rutas mucho peores que Patros-Ancona, la travesía que estaba recorriendo la embarcación cuando estalló el incendio.
Hace casi 50 días que el capitán se embarcó. Debería haber regresado a casa el próximo 31 de diciembre, justo a tiempo para pasar el fin de año con su familia. “No sé nada. No sé cuántas personas había a bordo ni cómo está él. Hablamos el viernes por la noche y quedamos que me llamaría cuando llegase a Ancona. Todavía estoy esperando”, dice Paola. “Mi padre está cumpliendo con su deber”, añade Giulia, la hija del capitán. La joven espera con ansia el momento en el que podrá volver a abrazar a su padre, pero asegura sentirse más orgullosa que nunca del trabajo del capitán. “Son momentos difíciles para nuestra familia, pero estoy segura de que mi padre ha hecho y está haciendo todo lo posible para poner a salvo a la tripulación y a los pasajeros”, asegura la joven.
Se espera que en las próximas horas lleguen a suelo italiano los últimos rescatados del ferry. Ahora la duda es conocer cuál será el destino del barco, que se encuentra cerca de las costas de Albania, pero cuyo remolque está resultando muy complicado debido al fuerte oleaje de la zona. “El trabajo de la Marina, de la protección civil y de todos ha sido impresionante”, ha declarado el primer ministro italiano, Matteo Renzi. El último en dejar la nave, y a quien corresponde asegurarse de que no quede nadie, ha sido el capitán, “como hacen todos los capitanes serios”, ha añadido el ‘premier’ italiano.