Francia acaba a tiros y con 17 muertos tres días de pesadilla

El ataque a Charlie Hebdo.Los hermanos Kouachi murieron bajo una lluvia de balas. Hay 16 detenidos. El domingo París vivirá la primera manifestación “europea” de la historia.

Paris-Charlie-homenajea-hebdo-arco-de-triunfoFrancia acabó ayer a tiros con tres días de pesadilla que tuvieron al país en vilo, que tocaron su fibra emocional hasta el dolor absoluto. Las fuerzas especiales de la Policía (RAID) y la Gendarmería (GIGN) acabaron con la vida de tres terroristas. Cayeron los hermanos Kouachi, los hombres que habían masacrado a tiros el miércoles la redacción de Charlie Hebdo. Y cayó Amedy Coulibaly, el terrorista que asesinó el jueves a una policía municipal de 26 años y que ayer tomó rehenes en un supermercado judío cerca de la Porte de Vincennes, al este de París.
La jornada fue trágica, tensa, puro nervio. Chérif y Saïd Kouachi pasaron la noche del jueves al viernes escondidos en una zona forestal cercana a la localidad de Villers-Coteret, no lejos de done los buscó el jueves durante horas la policía en una redada casa por casa, agujero por agujero.
Ayer a primera hora salieron a pie del bosque. Iban fuertemente armados. Se dirigieron a una carretera próxima, donde asaltaron a una automovilista y robaron su auto. En la fuga se encontraron con una patrulla de policía e intercambiaron varios disparos. Chérif se habría llevado ahí un primer balazo, aunque la herida era leve.
Pero ese encuentro con los policías rompió su fuga. Perseguidos, se metieron en el local de una pequeña empresa de impresión en Dammartin-en-Göele, una localidad a unos 40 kilómetros al norte de París, en la autopista que lleva hacia Bélgica.
Buscaban un refugio, llevaban ya casi 48 horas de huida y cientos de policías de elite les pisaban los talones. Entraron en la imprenta y dejaron ir al gerente. Creían estar solos mientras el mundo pensaba que tenían un rehén. Nadie acertó. No estaban solos, pero tampoco tenían rehenes.
En el segundo piso se escondía un empleado, muerto de miedo, tirado en el suelo y sin hacer el mínimo ruido. Y en el primer piso también se escondía, metido en una caja de cartón pero pendiente de su celular, un joven de 27 años, Lilian, grafista de la empresa.
Lilian contactó con sus familiares, que lo buscaban desesperados. Les contó, mediante mensajes, que había oído tiros y que creía que “todos estaban muertos”. Su familia acudió a la policía, que contactó con Lilian.
A partir de ahí, el joven les fue contando lo poco que oía o veía. Entre otras cosas que Chérif, el menor de los Kouachi, tenía una herida por arma de fuego. También que iban armados con sendos fusiles de asalto, varias pistolas y un lanzacohetes. Les guio durante horas y salió ileso del asalto.
La policía asegura que intentaron negociar desde la mañana. Los agentes les enviaban mensajes al celular. Pero ellos no respondían. Según la fiscalía “no daban pie a la negociación”.
No había confirmación oficial, pero los hermanos Kouachi dijeron en una llamada al canal televisivo BFMTV -que consiguió contactarles llamando al teléfono de la fábrica- que Chérif había sido enviado por la rama yemení de Al-Qaeda, con la que se habría entrenado en 2011. Y que su acción terrorista fue financiada por un miembro de Al-Qaeda, Anwar Al-Aulaqi -de nacionalidad yemení y estadounidense-, que murió el pasado 30 de septiembre por el ataque de un dron estadounidense.
Cinco helicópteros militares “Puma” y cientos de policías de elite tomaron posiciones, aseguraron la localidad, evacuaron a los niños de un colegio cercano, bloquearon los accesos, alejaron a los periodistas y esperaron la orden. Esa orden final, esa responsabilidad, tenía que salir del propio presidente François Hollande, pero no hizo falta.
Los Kouachi, acorralados, intentaron romper el cerco. Abrieron la puerta principal un poco, salieron y dispararon varias ráfagas con sus fusiles de asalto contra los policías, que respondieron con tiros y varias granadas. Cuando los Kouachi siguieron disparando, la policía ya tiró a matar. Esa era la orden.
Les cayó una balacera encima. Los dos murieron. Un policía resultó herido pero su vida no está en peligro. Ahí acabó la primera parte del drama con la muerte de los dos hombres que habían atacado el miércoles “Charlie Hebdo”.
El procurador de París explicó anoche en rueda de prensa que hay 16 personas detenidas. En total, esta crisis terrorista deja en Francia 17 víctimas sin contar los terroristas. El primer ministro, Manuel Valls, reconoció anoche que “cuando hay 17 muertos, es porque ha habido fallas”.
En un discurso televisado a la nación, Hollande, llamó a la unidad del pueblo, “nuestra mejor arma. Tenemos que luchar contra todo lo que pueda dividirnos y para empezar tenemos que ser implacables contra el racismo y el antisemitismo. Los que cometieron estos actos no tienen nada que ver con la religión musulmana. Tenemos que responder a los ataques con la fuerza cuando estamos obligados a usarla, pero también con la solidaridad. Somos un pueblo libre, que no cede a ninguna presión y que no tiene miedo”.
El domingo París vivirá la primera manifestación “europea” de la historia. Junto al presidente Hollande, desfilarán por tres avenidas de París, desde la Place de la Republique hasta la Place de la Nation, los jefes de Gobierno de Alemania, Reino Unido, Italia, España, Bélgica, Holanda, Finlandia, Dinamarca. También los dirigentes de las instituciones europeas y de la OTAN.
Francia y con ella Europa saben que se juegan el futuro de sus sociedades en la forma en que respondan a una amenaza que corroe la convivencia. Ningún presidente francés ha participado en una manifestación desde que lo hizo François Mitterrand en 1990 tras la profanación del cementerio judío de Carpentras.