Con marcadores, lapiceras y biromes en alto y carteles con la leyenda “Je suis Charlie”, unas 800 personas se reunieron ayer al mediodía frente a la embajada de Francia en Buenos Aires para repudiar el ataque del miércoles pasado a la revista Charlie Hebdo. La movilización coincidió con la masiva concentración en París, que reunió millones de personas.
Con una temperatura que pasaba los 30°C, grupos de jóvenes y familias llegaron hasta la sede diplomática francesa, ubicada en la calle Cerrito al 1300, en Recoleta.
No hubo banderas políticas, aunque participaron dirigentes de la oposición, entre ellos el senador Ernesto Sanz (UCR); los diputados Ricardo Alfonsín (UCR) y Patricia Bullrich (Unión Pro); el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi; el integrante por la oposición del directorio de la Afsca, Gerardo Milman; el fiscal del juicio a las juntas Julio César Strassera, y el director del Centro Simon Wiesenthal, Sergio Widder. No participó ningún integrante del Gobierno nacional.
La movilización comenzó pasadas las 12:30 y cerca de las 13 hubo un aplauso generalizado que se prolongó por unos minutos, mientras un grupo colgaba sobre la reja de la embajada una bandera francesa en la que se leía “Liberté” y llevaba estampados la estrella de David, la cruz y la media luna musulmana.
Desde los barrotes de la sede diplomática, el fundador de la Red Solidaria, Juan Carr, celebró la “solidaridad del pueblo argentino”. Inmediatamente, se improvisó otro aplauso y se entonaron estrofas de La Marsellesa y del Himno Nacional. “Por la libertad” y “Viva Charlie Hebdo” fueron las consignas más repetidas por los asistentes.
Visiblemente emocionado, el embajador francés en la Argentina, Jean-Michel Casa, señaló que se trataba de una jornada de “silencio y recogimiento” y que la concentración era una “movilización de los amigos de la libertad”.
En tanto, el embajador alemán, Bernhard Graf von Waldersee, valoró la marcha como un “gesto de solidaridad con los amigos franceses y con quienes defienden la libertad de prensa”.
Milman dijo que la movilización fue una “ofrenda a la libertad de expresión, a la libertad de vida y a la libertad de decir libremente”.
“En la movilización de París se podía ver al presidente francés, François Hollande, marchar en repudio a un atentado a una revista que satirizó su figura. Es un ejemplo de democracia que los argentinos tenemos que aprender. La libertad de expresión no depende de un contexto, como dicen algunos [en referencia a las declaraciones de la decana de la Facultad de Periodismo de La Plata, Florencia Saintout]; depende de creer o no creer en ese tipo de libertades”, consideró Milman.