Más de 3 millones salen en Francia contra el terrorismo

En la mayor manifestación desde el final de la segunda Guerra Mundial, el presidente Francois Hollande encabezó el recorrido junto a los principales gobernantes de la UE y jefes de Estado.

14394148_copia.520.360Más de tres millones de personas, que incluyó en París junto a unos cincuenta líderes de Europa y el resto del mundo, inundó las calles de toda Francia en repudio de los atentados islamistas al semanario Charlie Hebdo y la toma de rehenes en un supermercado judío de París que dejaron el pasado miércoles 17 muertos.
Algunos marcharon en silencio, otros cantaron “La Marsellesa” y otros más gritaron “¡Charlie, libertad!”, “¡No pasarán!” y “¡Viva Francia!”.
Apenas separados por el presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita y la “pareja” franco alemana de François Hollande y Angela Merkel tomados del brazo, la marcha reunió en la misma fila y a escasos metros de distancia al israelí Benjamin Netanyahu y el palestino Mahmud Abas, que no se hablan desde hace más de cuatro años.
El británico David Cameron, el español Mariano Rajoy y el italiano Matteo Renzi también participaron en la manifestación, realizada bajo un sol bastante generoso para un día de invierno y alguna llovizna esporádica, sin efecto sobre la muchedumbre que abarrotó la plaza de la República y de la Nación, en el este de París.
En la multitud, en la que abundaron banderas tanto de Francia como de otros países (Israel, Palestina, Ucrania, Marruecos, España, Líbano o el Tíbet), se pudo observar a personas de todas las edades y a familias con sus hijos.
En un hecho inusual, la policía fue aplaudida por los manifestantes.

El abrazo a Charlie
Con expresión grave, los dirigentes extranjeros marcharon en París estrechando filas, rodeando a Hollande y tomados del brazo. Recorrieron apenas 200 metros, de un recorrido total de 3.5 kilómetros.
La manifestación estuvo encabezada por familiares y allegados de las víctimas que murieron en los ataques.
El presidente Francois Hollande abrazó uno por uno a los dirigentes extranjeros, a los familiares de las víctimas y tomó a algunos miembros de la redacción del semanario satírico, que portaron en la cabeza una cinta blanca con el lema “Charlie” escrito en negro. Fue probablemente uno de los momentos de mayor emoción de la jornada.
“París es hoy la capital del mundo. Todo el país se elevará hacia lo mejor que tiene”, declaró horas antes Hollande ante su gabinete.
En la marcha se vieron lágrimas y expresiones de comunión y de determinación de no ceder ante la intolerancia y el fundamentalismo.
“Soy francés y no tengo miedo”, “Que corra la tinta, no la sangre”, o simplemente “Libertad, Libertad” fueron algunos gritos que se elevaron de esa marea humana.
Hecho sin precedentes desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando una muchedumbre invadió las calles tras la liberación de París, o el triunfo de Francia en el Mundial de 1998, entre 1.3 y 1.5 millones de personas salieron a las calles, según el diputado socialista François Lamy, uno de los organizadores del evento.
El ministerio del Interior, ante la amplitud “sin precedentes” de la concentración, consideró imposible hacer un conteo oficial.
Simultáneamente, cerca de dos millones de manifestantes salieron a las calles en otras ciudades de Francia, según un cómputo establecido por AFP en base a las cifras oficiales de la policía.
Unas diez mil personas se reunieron en la pequeña localidad francesa de Dammartin-en-Goele, donde los hermanos Said y Chérif Kouachi, autores del ataque contra Charlie Hebdo, murieron en un enfrentamiento con la policía.
Los manifestantes enarbolaron pancartas con consignas de resistencia, como “Empuñen sus bolígrafos”, “Libertad, igualdad, dibujar y escribir” y la ya célebre frase “Yo soy Charlie”.
Un riguroso dispositivo de seguridad fue organizado, con cinco mil 500 policías y militares desplegados en la capital y sus alrededores.
De su lado, el secretario de Estado norteamericano John Kerry expresó su solidaridad con Francia en un mensaje desde India, donde realiza una visita de trabajo, y dijo que “ningún acto terrorista detendrá la marcha de la libertad”.
En tanto, Estados Unidos albergará una cumbre para luchar contra “el extremismo violento en el mundo” el próximo 18 de febrero, anunció el secretario de Justicia norteamericano, Eric Holder, antes de la manifestación de París.
Agregó en la capital francesa que la reunión se celebrará en Washington bajo los auspicios del presidente Barack Obama.
“Solamente si trabajamos juntos, compartiendo información, juntando recursos, podremos derrotar a quienes luchan cosobre nuestros valores fundamentales”, dijo.