La Justicia investiga al empresario Enrique Blaksley Señorans por presunta evasión impositiva y lavado de dinero a través de su empresa Hope Funds, conocida en el mundo del deporte por traer al país a figuras de renombre internacional como el tenista Roger Federer, Serena Williams y Usain Bolt. Blaksley también cuenta con participaciones en el Buenos Aires Design, la cadena Hard Rock Café Argentina, además de lograr acuerdos de sponsoreo con Lionel Messi, Boca Juniors, el seleccionado de basquet argentino y el equipo de polo La Dolfina.
La investigación realizada por la AFIP quedó en manos de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), que presentó una denuncia contra el empresario en el juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de San Isidro N°1, a cargo de la jueza Sandra Arroyo Delgado. “Los múltiples indicios detectados sobre la inusualidad manifiesta en los negocios desarrollados por Blaksley Señorans a través de su empresa Hope Funds SA son elementos que sustentan con holgura el inicio de una investigación orientada al posible lavado de activos de origen delictivo”, sostuvo el fiscal Carlos Gonella, en la presentación judicial.
Hope Funds se presenta en su página web como una compañía de inversiones que opera “con discreción sobre el patrimonio de las personas, dentro de un marco global denominado Arquitectura Financiera Múltiple”. Dice poseer una cartera de negocios diversificada en el mercado inmobiliario, los agronegocios y la prestación de seguros. Sin embargo, la Procelac apuntó que la actividad principal declarada por la empresa “difiere del alcance real de sus negocios”. “No parece haber identidad entre la prestación de ‘servicios inmobiliarios realizados a cambio de una retribución o por contraprestación’, con la captación de fondos de terceros mediante mutuos y de su inversión en sociedades de diversa índole”, explica la denuncia.
Hope Funds habría recibido alrededor de $ 8,5 millones de parte de clientes que no sólo carecían de una capacidad económica suficiente para realizar sus inversiones, sino que también habían ingresado al régimen jubilatorio coincidentemente en el año 2011. De acuerdo con la presentación de Gonella, sólo 3 de los 521 clientes de la empresa estaban en regla; es decir, incluyeron la inversión en su declaración de impuestos y contaban con el capital necesario para justificarla.
Asimismo, la firma habría cobrado aportes de terceros por fuera del circuito bancario, “accediendo a la entrega de importantes sumas concretadas mediante un único desembolso de dinero en efectivo”. La presentación de Gonella cita un caso de un jubilado que habría entregado $ 17,5 millones pese a no contar con ingresos legítimos que lo respalden. La sospecha es que las erogaciones de dinero no declarado, que son tomadas por Blaksley como un préstamo para invertir, son parte de un proceso de blanqueo de fondos.