La vecina del Barrio Montemar, Analía Sassano, señaló esta mañana en la 99.9 los problemas que tienen en esa zona de la ciudad con los bomberos que no tienen equipamiento ni están preparados para afrontar una emergencia. “No hay cuartel de bomberos en Caisamar que es una zona enorme y además, se quemó hace 3 días la autobomba del Monolito”, puntualizó.
El desmantelamiento es una constante en los distintos ámbitos públicos. Los hospitales no tienen insumos, la policía no cuenta con los elementos necesarios para llevar adelante su tarea y también, según los vecinos, los bomberos están en una situación muy precaria en algunos barrios de la ciudad.
Analía Sassano, vecina de Montemar, habló esta mañana en la 99.9 sobre la problemática que están atravesando: “hace dos años que venimos con este tema. Se quemó una casilla en el barrio Zacagnini y la gente se quedó sin nada. Anteayer hubo 3 casillas que sufrieron lo mismo, pero sucede que no hay cuartel de bomberos en Caisamar que es una zona enorme”, especificó.
A lo que falta, se suma que lo que existe no está en condiciones y es extremadamente viejo. “Además, se quemó hace 3 días la autobomba del Monolito. Son obsoletas, en otros países serían de museo. La de Caisamar es del año 73 y las cosas funcionan gracias a la predisposición de los bomberos que no son voluntarios, sino que son una rama de la policía provincial. Hemos presentado todo lo que se podía hacer a la secretaria del Sr. Granados y no tuvimos respuesta”, expresó Analía.
Siempre estas cuestiones se suelen transformar en noticia y materia de investigación cuando sucede algún incendio grave donde se pierden vidas, algo para lo cuál no habría que esperar. “Las cosas se dan en la dimensión que corresponde después de que ocurren tragedias. Al incendio del aserradero horas atrás concurrieron con camionetas que tienen una manguera para regar un jardín. Se dilapida tanto dinero y no se puede comprar una autobomba”, remarcó indignada Sassano.
Los ejemplos sobran y dejan en claro la falta de recursos de los bomberos, algo que le tocó vivir en carne propia a la propia Analía: “el año pasado hubo un gran incendio en la reserva del puerto donde tuvieron que ir de todos los cuarteles. Yo vi como un bombero llevaba botas de goma de lluvia que se le quemaron todas. Sé que como no tienen elementos, tienen un casco que lo usa uno y el que viene atrás agarra el mismo. No tienen absolutamente nada”.
Es difícil vivir fuera de la zona céntrica en verano, porque parecen no estar en el mapa para los políticos de turno y eso es lisa y llanamente una discriminación: “me siento discriminada, me siento no incluida, por vivir en Montemar, un barrio periférico al que no le damos brillo en el verano. Desde octubre hasta marzo, los barrios periféricos no existimos, si no logramos nada en el interin de los meses que quedan, no lo conseguimos más”, finalizó.