Como la plata no alcanza, el Ejecutivo comunal se apura a lograr la aprobación de un presupuesto municipal que no cumple con las pautas básicas de la economía: ni está equilibrado, ni contempla las necesidades reales del año que se avecina. No trata de mantener el barco a flote; busca que no se note que le entra el agua.
El zafarrancho es la secuencia de actividades dirigidas a dejar preparada una embarcación. Pero también se llama así al esfuerzo conjunto de la tripulación del navío para salvar situaciones de apremio o emergencia. Coloquialmente, se emplea además el término con un significado equivalente a destrozo, y evaluando las circunstancias actuales, uno no sabe esta vez con qué quedarse.
En estos días, los concejales intentaban pactar quórum para discutir el presupuesto 2015, mientras los empresarios del transporte formalizaron por Mesa de Entrada su pedido de aumento del boleto, que se disparará a 5,42. “Ese es el monto que se desprende del estudio de costos que realizamos durante esta semana (…) Lo cierto es que tiene que salir. Lo precisamos antes de que termine el verano”, subrayó Juan Inza, titular de la empresa de transportes 25 de Mayo, como si deseara dejar en claro que no están dispuestos a perder un centavo. Dice que se han suscitado significativos aumentos y que disminuyó la cantidad de pasajeros, a la hora de fundamentar el pedido de aumento de tarifa.
Agrega el empresario que ellos están en una situación de crisis que se profundiza por el número de pasajes gratuitos que se entregan a alumnos y docentes de escuelas de enseñanza pública: aseguraron que en la actualidad la cantidad de pases gratuitos otorgados asciende a 42 mil.
En este momento, por un decreto del Intendente de octubre de 2014, el boleto cuesta $4.29, un aumento muy resistido por la comunidad. Pero desde el municipio, a través de Guillermo Iglesias, de Movilidad Urbana, aseguraron que el tema “todavía no está en agenda”. Ni se dieron por enterados de que se está cocinando un problemón.
No tienen ni tiempo de ver qué notas entran ni qué pasa con los colectivos porque el agua les llega al cuello por todas partes, y hay problemas más urgentes: tienen que pagar cuentas, pero no boletos de transporte. Ese sí que es un problema de otros.
Lo cierto es que, por más que un grupo de concejales intentó echar luz sobre el presupuesto que ni siquiera dejaba espacio para la discusión, por más que quisieron decir que no había equilibrio posible, y que el cálculo no consideraba cuestiones tan pesadas como el ajuste salarial para el 2015, o el aumento del precio de la recolección de residuos, finalmente se aprobó. Y esto fue posible porque uno de los ediles, específicamente Lucas Fiorini, simplemente faltó a la cita. Ausente sin aviso, y al diablo con todas las cuentas.
La verdad es que la plata no les alcanza porque la gastan, y como las cuentas están al rojo, el Ejecutivo, calladito y sin que nadie lo sepa, recurre a estrategias de pésimo administrador: el descubierto bancario y los cheques con fecha diferida. Como dijo el concejal Reinaldo José Cano en entrevista para la emisora 99.9: “Cuando pateás la pelota para adelante, llega un momento en que se te acaba la cancha, y te encontrás con la pelota devuelta”. Lo sabe el almacenero de la esquina, pero el Intendente parece que no.
Un ejemplo cabal es la situación de la deuda acumulada con la empresa Plus Mobile, responsable del servicio de estacionamiento medido en Mar del Plata, a la que se le adeuda desde fines del 2013, razón por la cual ha suspendido sus funciones en varias oportunidades. En septiembre de 2014, un funcionario municipal se comunicó con el representante de la firma, y le ofreció cancelar la deuda con dos cheques diferidos que se cobrarían en los meses de octubre y noviembre. La oferta fue finalmente aceptada por la firma, a falta de mejor opción.
Agorero
El concejal Cano afirma que cada vez que él intenta alertar acerca de los peligros que implica, para el equilibrio de las cuentas fiscales, que la administración se maneje de una manera tan temeraria, el recurso del oficialismo es descalificarlo o agraviarlo: decir que él es un agorero, y que anuncia cosas que no pasarán.
Pero la preocupación es cierta y contundente. Como dice el edil: “Al Intendente no le preocupa el descubierto bancario, lo que le preocupa es que la gente se entere. Pero el descubierto es una realidad”.
Recientemente, Cano se dirigió por nota al presidente del Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Benjamín Grinberg, con el fin de presentarle sus dudas acerca de la manera en la que el Ejecutivo comunal estaba manejando sus posibilidades de hacer equilibrio sobre el descubierto bancario. Y vale la metáfora, porque es como caminar sobre la cuerda floja.
Entonces refirió que el 7 de noviembre de 2014, al momento de efectuar el débito del líquido de sueldos de la administración central, el municipio quedó en descubierto bancario por $ 15.317.437,25, y mantuvo esa situación hasta el 10 de noviembre del mismo año. Pero nuevamente el 4 de diciembre de 2014, al momento de pagar los salarios, el municipio quedó en descubierto bancario por $ 26.836.626,19, y se supone que habría un acuerdo para girar en descubierto por $ 29.000.000 desde el 4 hasta el 10 de ese mes. Para probar tales hechos, se adjuntaron copias de los extractos bancarios.
Pero no hay dos sin tres: otra vez 8 de enero de 2015, cuando tenían que pagar sueldos de la administración central, el municipio quedó en descubierto bancario por $ 12.050.805,44: había acuerdo para mantener un descubierto que podía llegar a los $ 19.000.000.
La gran pregunta que se hace el edil es de carácter administrativo: tratándose de un permiso para girar en descubierto, lo que implica un préstamo por parte del banco por un determinado periodo, y consecuentemente un endeudamiento para el municipio, ¿debería el mismo ser encuadrado en los términos de los artículos 46 y 47 de la Ley Orgánica de las Municipalidades? Es decir, ¿no debería seguir normas, pautas legales?
Para el concejal, es perjudicial lo determinado por la Ley de Presupuesto de la provincia, que autoriza a los intendentes a pagar con cheques de fecha posdatada, siempre y cuando el diferido no vaya más allá del fin del mandato. Además, indica que por lo establecido en tal norma, todas las deudas municipales que se mantengan luego del 31 de diciembre del ejercicio, pasan a integrar la llamada deuda consolidada, lo cual, afirma, distorsiona la lectura de las situación financiera.
La administración actual de la municipalidad es endeble, particularmente inestable, y solamente busca mantener una aparente tranquilidad que llegue hasta las elecciones, ya que los acuerdos que sostienen al intendente no parecen tener una larga vida por delante, en especial lo que depende de los pactos con el Sindicato de Empleados Municipales. Las autoridades sindicales van directo a la disyuntiva: o acuerdan con el Intendente y se enfrentan con las bases, o recuperan credibilidad dejando al Ejecutivo a la buena de Dios, como se merece.
Ese parece ser el escenario más verosímil para la entrada al 2015, sobre todo porque una de las falencias más importantes de presupuesto previsto para el presente año es precisamente que no contempla la pauta salarial. No prevé ni una paritaria, cuando el mínimo de aumento que se puede incluir es el 20%, porcentaje que ya fue rechazado por las autoridades del sindicato.
Sin previsión
Como puede verse, el pago de los sueldos de los últimos dos meses del año pasado, y también de este, implicó para la administración municipal no sólo un descubierto importante, sino además una apropiación de fondos de otras cuentas que ronda un promedio de los siete millones de pesos cada mes, más una ayuda especial -como se llama a la plata que llega en paracaídas desde la provincia- de unos $28 millones.
Pero estos no son sólo dramas del pasado. Como indica el informe presentado por Cano donde analiza la propuesta para el presupuesto que luego fuera aprobado: “En el mejor mes de recaudación de la TSU, con cobro anual anticipado, tampoco pudieron tener los fondos suficientes para pagar el líquido de los sueldos de la Administración Central, que asciende a $ 71.067.006,37”.
En cuanto al tema de la recolección de residuos, lo previsto en el presupuesto aprobado significa suponer que en el 2015 se pagará el mismo costo que hoy se está pagando -$ 24.696.959,46- más un 20% de incremento para todo el año. Indica Cano que, a su criterio, esta cifra significa una subestimación del gasto, dado que entre el 1 de noviembre de 2013 y el 1 de julio de 2014, el incremento determinado fue del 23,25% en sólo seis meses. El aumento entre junio de 2013 y julio de 2014, última redeterminación efectuada, fue del 46,26%. Es necesario aclarar que en agosto del 2015 vencerá el contrato vigente con la empresa recolectora, y para entonces habrá una nueva licitación, lo que producirá, casi con seguridad, un nuevo aumento del precio, a causa del proceso inflacionario. Por esa razón, indica el edil, que se puede considerar esta partida como subestimada en un monto cercano a $ 40.000.000.
Sería posible seguir así hasta el cansancio. Estableciendo la cantidad de cosas que, por lo indicado en el presupuesto, no se van a poder pagar. Aunque por eso el intendente Pulti no está preocupado. No es un tema que las cuentas no den. Él va a seguir resolviendo las cosas con manotazos de ahogado: girando en descubierto bancario y soltando cheques con fecha diferida, pidiéndole plata a la provincia o creando un nuevo impuesto superpuesto a los anteriores, como ya lo ha hecho.
Por eso es que los especialistas en economía dicen que estas finanzas son un verdadero caos. Quizá el intendente, al final de cuentas, esté de zafarrancho. No en la batalla, ni en la pelea, sino aprestando la barca antes del impacto con el iceberg, para saber de dónde se va a agarrar para salir a flote. Porque no hay caso, seguro que sale.