El equipo de peritos que trabaja para las familias de las víctimas apunta a carencias en la recogida e interpretación de las pruebas.
El Equipo Argentino de Antropología Forense, que trabaja para las familias de las víctimas en la instrucción pericial del ‘caso Iguala’, la desaparición de 43 estudiantes en el Estado de Guerrero, México, ha emitido un comunicado en el que señala inconsistencias procedimentales por parte del Gobierno y afirma que no hay pruebas físicas que sustenten el dictamen concluyente que la Procuraduría General de la República dio hace diez días en base a evidencias y a testimonios de delincuentes implicados: que los estudiantes fueron asesinados, sus cuerpos quemados en un basurero y sus restos lanzados en bolsas a un río.
Una bolsa fue rescatada del río por buzos de la Procuraduría y, de los 17 restos óseos hallados en ella y enviados a un laboratorio austriaco, uno fue identificado por ADN como perteneciente a uno de los estudiantes, Alexander Mora.
En primer lugar, el Equipo Argentino, si bien corrobora la identificación de Mora, explica que no estuvo presente en el hallazgo de la bolsa y que cuando llegaron al lugar, avisados por la PGR, había sido abierta. “Un número importante de fragmentos aparentemente provenientes de esa bolsa se encontraban ya expuestos sobre una lona”, se lee en el comunicado.
En segundo lugar, los peritos independientes del Gobierno, que trabajan en el caso desde el 4 de octubre (el caso ocurrió el 26 de septiembre), advierten de que de los restos encontrados de momento en el basurero ninguno se corresponde con los estudiantes. No niegan que sea posible que fueran quemados allí; se limitan a atestiguar que no hay prueba material de ello: “El EAAF desea manifestar que esto no excluye la posibilidad de que algunos de los normalistas hayan corrido la suerte señalada por la PGR. Al mismo tiempo, hasta el momento, el EAAF aún no tiene evidencia científica para establecer que, en el basurero de Cocula, existan restos humanos que correspondan a los normalistas”.
La síntesis de la primera advertencia y la segunda es que los forenses argentinos consideran, al contrario de las conclusiones de la PGR, que “no existen elementos científicos suficientes por el momento para vincular los restos hallados en el basurero con aquellos recuperados, según la PGR, en el río San Juan”. De acuerdo con testimonios de sicarios implicados recabados por la PGR, los estudiantes habrían sido incinerados en el basurero en una pira improvisada que ardió durante horas.
El Equipo Argentino indica que los trabajos periciales en el área quemada del basurero continúan. “Se han analizado en profundidad cerca de 30 de las 137 cuadrículas que componen el área de investigación del Basurero de Cocula. Los peritos de ambas instituciones aún deben examinar más de 100 cuadrículas adicionales”. “Todo este trabajo”, se lee en otra parte del comunicado, “es absolutamente necesario y llevará varios meses más de trabajo”.
El comunicado del EAAF, en la línea de otros que ha realizado anteriormente, llama la atención sobre el riesgo que hay desde su punto de vista de que las investigaciones se cierren sin haber cumplido con todas las tareas periciales necesarias y sin agotar la posibilidad de dar con pruebas científicas sólidas como para concluir con objetividad suficiente qué ocurrió con los 43 estudiantes. “La investigación”, subrayan, “no puede darse por concluida”.
El Equipo Argentino de Antropología Forense cuenta con tres décadas de experiencia en identificación de restos humanos a raíz de periodos de represión política o de conflictos armados. Entre otros lugares, han trabajado en Argentina, Perú, El Salvador y la antigua Yugoslavia. Actualmente, aparte de su trabajo en el caso Iguala para las familias de las víctimas, colabora de manera oficial con la propia PGR en la identificación de restos hallados en fosas comunes en el Estado mexicano de Tamaulipas.