1) Lucas Fiorini
(Demasiado entusiasmo)
Viene de la militancia católica, un agradecido al Señor por el alimento y los dones. Un entusiasta en su cruzada por cambiar el destino de esta urbe asfaltada con espíritu de pueblo chico. El entusiasmo está bien, el problema son los pozos, ya que una caída puede terminar con toda una carrera.
2) Jorge Ferro
(Auténtico wind gurú)
Como aseguran los surferos, no hay como el Wind gurú para saber de qué lado viene el viento y el tamaño de las olas. Caminando por Nisman en CABA, el ubicuo “Margarina”, peló dedito al viento, marcó otra vez el rumbo.
3) Gustavo Serebrinsky
(Tato pra frente)
El tipo es un creyente. No se convence de que hay tiempos que se agotan. Va por más y busca dar pelea en las PASO de cara a su renovado radicalismo. Todo cambia, Tato persiste.
4) Fabián Uriel Fernández Garello
(Un cierto aire de ausencia)
Encerrado en el palacio de Brown al 1200, Garello se aúpa entre cortinados ausente del rol que le cabe como jefe de los fiscales. 98% de causas a archivo no parecen una tarea realizada o destacada.
5) Miriam Flurin
(Sumando al dolor)
Otra víctima de femicidio, un crimen que tiene por cómplice la inacción de los estamentos del Estado. Demasiados funcionarios para tanta desprotección.
6) Alejandro Collia
(Impúdico mentiroso)
Hace un año anunció un millón de pesos de inversión en el HIGA. Hoy sostiene que el hospital público absorbió bien la demanda surgida del cierre del Sanatorio Belgrano y el EMHSA. La nariz de Pinocho le queda chica y corta.
7) Sergio Andueza
(Más de mil ojos)
Responsable del centro de monitoreo, elogiado por Azcona, alabado por la prensa de corte y pegue, Andueza tiene más de mil ojos (cámaras) y ningún protocolo de control sobre qué hacer con las imágenes. The Big Brother tiene rostro en MDP.
8) Amado y “el Nariga”
(Dos tipos pasados de audaces)
Amigos entrañables, compañeros de ruta y pillerías, van a ir a juicio a la par, y tal como viene la cosa, por ahí pasan un tiempo juntitos, muy juntitos detrás de las rejas. Demasiada impunidad y ambición puede conducir al traje a rayas. Vayan marchando dos.
9) Maxi Abad
(Demasiado confiado)
Fue todo por una cuestión social: una invitación a ver Stravaganza, y de ahí un convite a cenar. Imaginar que terminaría en operación de prensa anunciando su pase (falso por cierto) al Frente Renovador fue un disgusto grande. Fiorini ficciona…, ahora, ¿se puede ser tan ingenuo? Ingenuidad en política es pecado mortal.
10) Martín Rosales
(Jefe de operaciones ilegales)
Su cargo formal es el de responsable de proyectos especiales en Mar del Plata. Es un “ultra GAP” que maneja una red de inteligencia ilegal que hace campañas en las redes sociales, pintadas agraviantes y ahora siguen a los hijos de Vilma Baragiola buscando quién sabe qué. ¿Alguien tomará nota?