El periodista Ceferino Reato le respondió a Miguel Bonasso esta mañana a través de la 99.9 y destacó que “está enojado con mi libro Operación Traviata porque tuvo que ir a declarar ante el juez Lijo. Lo que escribió, ya lo escribió y en vez de enojarse conmigo, tendría que enojarse con él mismo”.
La causa Rucci sigue sin avanzar a la velocidad que debiera hacerlo, pero mientras tanto, algunos de los actores durante la investigación están tratando de salvarse. Uno de ellos es Miguel Bonasso que respondió a los datos vertidos por el periodista Ceferino Reato alegando que no es un “botón”.
Esta mañana, en la 99.9, le respondió Reato quien afirmó que “a Bonasso lo persigue mucho no quedar ante sus ex compañeros de Montoneros como botón, como quien reveló nombres. En el 2000 escribió libros donde referido al asesinato de Rucci, dijo que Firmenich le había dicho a él y otros compañeros que ellos lo habían asesinado”.
La ofensiva la emprendió contra el propio periodista, pero Reato aclaró que “está enojado con mi libro Operación Traviata porque tuvo que ir a declarar ante el juez Lijo. Lo que escribió, ya lo escribió y en vez de enojarse conmigo, tendría que enojarse con él mismo”.
También fue duro sobre el presente del ex integrante de Montoneros y afirmó que “lo mejor de Bonasso ya se vió, éste es el Bonasso de la decrepitud. Está muy grande, fuera del centro de la escena. Con el kirchnerismo termina una generación educada en los 70, Bonasso está entre ellos. Ahora trata de arreglar lo que ha dicho”.
A pesar de la multiplicidad de pruebas, la causa está estancada o se mueve a una velocidad muy lenta: “está en el despacho del Dr. Lijo, lleva 6 años en su nueva etapa, está a baño María. Es una causa muy sensible para el kirchnerismo que se referencia en los 70 y me parece que avanzará lentamente hasta que el kirchernismo pierda poder”, vaticinó. También agregó que “es imposible pensar que con tantos indicios que hay apuntando a Firmenich, no lo han convocado todavía”.
El panorama del crimen para Ceferino Reato es demasiado claro como para que se dilate tanto el hecho de llegar a una sentencia final: “Rucci era un hombre de Perón y Montoneros lo mata para presionarlo. Perón es multifacético, cada uno cita al Perón que le conviene. Todo eso baja el idealismo de las guerrillas. Los asesinatos son asesinatos, más allá de que después sean o no juzgados”.
El problema es que, estas demoras, provocan una sensación de injusticia constante: “la Corte Suprema de justicia eligió un camino mezquino y seguirá así. Todo esto hace que las heridas permanezcan abiertas y no podamos dejar de mirar el pasado. Pasaron muchos años de todo esto y seguimos hablando como si fuera ayer. Eso es porque no hay justicia”, finalizó.