El papa Francisco pronunció este sábado uno de sus discursos más duros al afirmar que “la corrupción es sucia” y “una sociedad corrupta apesta”, al tiempo que señaló que aquél que permite la corrupción no es cristiano, sino que también apesta.
“Cuánta corrupción hay en el mundo. La corrupción es sucia y la sociedad corrupta apesta. Un ciudadano que deja que le invada la corrupción no es cristiano, ¡apesta!”, afirmó Jorge Bergoglio.
El pontífice argentino realizó estas declaraciones durante un discurso en Scampía, uno de los barrios de la periferia norte de Nápoles (sur de Italia) que tradicionalmente ha estado vinculado a la mafia local, la Camorra.
El obispo de Roma aprovechó la ocasión para dirigirse a los miles de napolitanos que se acercaron hasta la plaza de Juan Pablo II a escucharle para animarles a luchar contra el mal y a tener la valentía y el coraje de ir por el camino del bien y de la justicia.
“Espero que tengan el coraje de ir hacia delante con alegría, de portar hacia delante la esperanza, de ir por el camino del bien y no por la del mal. De ir hacia delante limpiando la propia alma, el alma de la ciudad y de la sociedad para que no exista ese olor putrefacto que tiene la corrupción”, subrayó con firmeza.
Rodeado de decenas de niños que coreaban su nombre y que interrumpieron en alguna ocasión su discurso, Bergoglio describió Nápoles como una ciudad en la que “se ha intentado crear una ‘tierra de nadie’, un territorio en manos de la llamada microviolencia”.
Además, destacó de la ciudad sureña su “larga historia, atravesada por desafíos complejos y dramáticos” y reconoció que el día a día está lleno de dificultades y de “duras pruebas”.
Unas complicaciones que, sin embargo, pueden contribuir a crear “una cultura de vida que ayuda a levantarse después de cada caída, que ayuda a lograr de alguna manera que el mal no tenga la última palabra”.
Por ello, el máximo representante de la Iglesia Católica insistió en la importancia de que estos fieles mantengan la esperanza para no permitir que “quien voluntariamente” tome “el camino del mal robe un pedazo de esperanza a sí mismo y a los demás”.
El papa Francisco también se refirió a la problemática del desempleo juvenil precisamente en un barrio como Scampía en el que existe una tasa de paro del 57 %.
“La falta de empleo para los jóvenes es una señal de que existe un fallo grave en el sistema. Que haya un 40 % de jóvenes menores de 25 años que no tengan trabajo es grave”, comentó.
Y prosiguió: “Cuando no se gana para poder llevar el pan a casa, se pierde la dignidad. La falta de empleo roba la dignidad. En estos casos, la persona corre el riesgo de ceder a la esclavitud, a la explotación. Esto no es humano, no es cristiano”.
Por ello, el papa hizo un llamamiento a los gobiernos para que asuman su responsabilidad y contribuyan a cambiar el sistema para crear empleo.
Paralelamente, insistió en la importancia de impartir una buena educación para formar, así, a jóvenes y enseñarles a que sigan el camino del bien y se alejen de las prácticas delictivas.
“La educación es el camino justo porque previene y ayuda a ir hacia adelante”, señaló.
El barrio de Scampía ha sido la segunda parada del viaje que ha emprendido el papa Francisco hoy a la región sureña de Campania.
El inicio de su visita ha tenido lugar en el Santuario de Pompeya, donde ha llegado aproximadamente hacia las 08,00 horas locales (07,00 GMT) y donde ha permanecido unos 35 minutos, orando a la Virgen María y en compañía de miles de fieles que se acercaron para verle y recibir su bendición.