Los femicidios afectan a chicas cada vez más jóvenes

Los asesinatos de chicas de entre 13 y 21 años saltaron del 10 al 14% del total de crímenes sexistas en el último año. La aparición sin vida de Daiana García, esta semana, conmocionó al país mientras se lleva adelante el juicio por la muerte de Angeles Rawson.

FemicidiosRecorrer el Informe que elabora desde 2008 el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, coordinado por la ONG La Casa del Encuentro, estremece. A los casos resonantes, esos que ganan por meses la atención pública y que generalmente quedan sin condena -según las responsables de la entidad- se suman otros menos mentados, pero igualmente aterradores. Noelia Solange Akrap, por caso, murió en Ezpeleta el 16 de noviembre del año pasado cuando tenía apenas 15 años. La mataron golpeándola con un bloque de cemento. Su cuerpo apareció después de horas de búsqueda abandonado en un descampado y tapado con tierra y cartones. El novio de una de sus amigas, de 26 años, fue imputado por el crimen y se maneja la hipótesis de que la mató después de tratar de abusar sexualmente de ella. Como Noelia, son cada vez más las adolescentes de entre 13 y 21 años que engrosan esa lista trágica.
Esta semana la sociedad se vio conmocionada por otro crimen sexista con una adolescente como víctima. El cuerpo sin vida de Daiana Ayelén García, de 19 años, apareció el último lunes debajo de un puente en Llavallol, metido en una bolsa y con una media en la boca. Sucedió cuando todavía no se apagan los ecos por la investigación de la muerte de la argentina Lola Chomnalez (15) en una playa uruguaya ni los dejados por el asesinato a golpes de Melina Romero, de 17 años, cuyo cuerpo apareció en las inmediaciones de un arroyo metido en una bolsa de consorcio. Y mientras se desarrolla el juicio por la muerte de Angeles Rawson (16), en el que aparece como imputado el portero del edificio donde vivía la adolescente, Jorge Mangeri.
El seguimiento de los femicidios que hacen en la Casa del Encuentro – la única estadística disponible en la materia en un país que sigue sin tener un registro oficial de este tipo de casos – revela un dato alarmante: que la edad de las víctimas es cada vez más baja.
Ada Rico, presidente de esa entidad indicó en diálogo con este diario que “en los últimos años hemos notado cómo disminuyen las edades de las víctimas. Sólo en 2014, último registro que tenemos, hubo 36 chicas asesinadas que tenían entre 13 y 21 años. Ese número representa un 4% más que los femicidios de chicas de esa edad registrados en 2013 y es también superior a los de 2012.
Rico destaca que hay otro dato que surge del informe y que, asociado al anterior, conmociona: esas chicas mueren de manera cada vez más cruenta, con ensañamiento y frecuentemente sus cuerpos son arrojados en bolsas de basura en descampados como objetos descartables.

CUESTIONES CULTURALES

Los especialistas en femicidio dicen estos crímenes se vinculan con cuestiones culturales: resabios de una sociedad machista que quiere ver a las mujeres y sobre todo a las mujeres más jóvenes, como una propiedad de los varones. Pero también con mensajes que desde la comunicación masiva y la publicidad cosifican, denigran y humillan sistemáticamente a las mujeres.
Al mismo tiempo, se apunta a otro factor que pesa en que hechos de este tenor se repitan. Y es que muchos de ellos – aún cuando se hacen públicos, aún cuando en el contexto de su investigación se convierte en objeto de pesquisa y exposición pública a la vida privada de la propia víctima – quedan sin condena.
Según indica Ada Rico, “a partir de 2013 contamos con una ley que agrava las penas por violencia de género y se están empezando a acelerar algunas condenas. Pero tenemos otro problema y es el de una justicia sexista que encuentra atenuantes de todo tipo para los femicidios y los femicidas”.
De los datos que maneja el observatorio se desprenden también características que comparten muchos de los femicidas. La más notoria, que en el 60% de los casos los une un vínculo cercano con la víctima: generalmente son parejas o ex parejas.
Los femicidios no reconocen diferencias de clases sociales y se presentan en todos los estratos y en todos los rincones de la Argentina. “La única diferencia es que, cuando es víctima de violencia de género una mujer que pertenece a un nivel social y educativo más alto, tiene más posibilidades de pedir ayuda a tiempo”, dice Rico.

FALLAS EN LA PREVENCION

Desde las entidades que se dedican a luchar contra la violencia de género se destaca que, si bien el tema se visibilizó y se puso en debate en los últimos años, todavía hay muchas deficiencias en la respuesta que ofrecen los organismos abocados a su prevención.
Denuncias desoídas o sin consecuencias efectivas y concretas; restricciones perimetrales (esas que tienen por objeto impedir que un sujeto con antecedentes de agresión pueda acercarse a su víctima y repetir el ataque) que no se cumplen y una muy cuestionada capacitación de los agentes encargados de trabajar en la prevención forman parte de la batería de críticas que desde las entidades no gubernamentales especializadas en el tema se hace a los mecanismos de respuesta vigentes.
Darío Witt es platense, presidente de la ONG Casa Abierta María Pueblo que da refugio y contención a mujeres víctimas de violencia y está entre quienes opinan que el abordaje de este flagelo debe ser integral, Pero afirma que, en lugar de eso, en la actualidad hay varias dependencias del estado que superponen sus funciones, lo que hace que cuando una mujer se decide a buscar ayuda deambule de un lugar a otro sin recibir respuestas concretas durante mucho tiempo.
También le preocupa que no se identifiquen los estados pre-femicidas: ese momento que se extiende entre los 60 y los 180 días posteriores al corte de un vínculo violento en que el hombre agresivo entra en “estado de alta peligrosidad”.