Los juegos de escape como filtro laboral

Se trata de que un grupo de participantes resuelva un acertijo en determinado lapso de tiempo. Aseguran que, bajo presión, aparecen distintos roles y emociones. Una consultora lo utilizó para decidir sobre un puesto gerencial.

Juegos-de-escapeAgustina y Gonzalo Barreiro están preparados para ingresar a la oficina del recientemente fallecido detective Spencer. Permanecerán encerrados allí durante una hora, o hasta que logren escapar. En caso contrario, serán los únicos detenidos de un caso que nadie podrá resolver. Sólo se valen de su ingenio, sus manos y la empatía que genera el hecho de que sean hermanos. Juntos, deberán descubrir si pueden o no trabajar en equipo.
Ese es el desafío que propone Eureka Leg, el primer juego de escape en vivo instalado en Argentina y que nos sumerge en dos historias policiales, con sirenas de patrulla y todo, para ejercitar nuestras habilidades detectivescas. Están inspirados en las aventuras gráficas animadas que jugábamos en la década del ’90 como el Maniac Mansion, el Monkey Island o el Camen Sandiego, y recrean historias fantásticas que aportan un componente de misterio que, bajo presión, se convierte en suspenso.
Así, el cuerpo del inspector yace en el medio de la oficina. Cerca suyo, un portafolios contiene las primeras pistas que nos llevarán a manipular una linterna infrarroja, un criptex y un mazo de cartas ilustrado con personajes políticos de la historia mundial, entre otras cosas.
El antebrazo derecho de Gonzalo tiene tatuado un rosario y los nombres de sus tres hermanos en idioma elfo. Es el menor de los cuatro, pero esa valentía inconsciente que da la juventud lo sindica como quien debe hacer el trabajo sucio. Enseguida entran, el joven de 18 años que sueña con ser periodista se lanza a revisar los bolsillos del maniquí que representa a la víctima. Encuentra un teléfono celular que su hermana le quita de las manos para encerrar sus ojos en la pantalla de tres pulgadas y media, y afinar sus dedos en las pequeñas teclas. Agustina tiene 23 años y está en el cuarto año de la carrera de Arquitectura, en la UBA. Su aporte será obsesivo, durante un buen rato, intentará buscar la contraseña del teléfono, luego, será la dueña de la lapicera y el papel, para descifrar cuanto acertijo se le ponga enfrente. Siempre valiéndose de detalles duros y estrategias frías. Su antebrazo derecho está repleto de pulseras que le regalaron tías, primas y algún admirador. Antes de entrar al juego, de uno de sus brazaletes se desprendió un corazón que ya no será parte del look.

LA IDEA

“Somos tres socios, Roy Christensen, Diego Pontoriero y Cristian Buono”, contó el último a Tiempo Argentino. “La idea de Eureka Leg se le ocurrió a Roy porque vio que el juego es furor en Europa y en una noche de póker se nos ocurrió montarlo acá.” Así fue como los socios empezaron a juntarse para armar pista por pista, inventar acertijos y elaborar enigmas. “Cuando tuvimos el primer prototipo lo probamos con amigos en un SUM y ellos nos aportaron sugerencias”, relató Diego, y recordó: “Llegamos al centro cultural y hubo que explicarlo acá. Le dijimos al dueño que lo que teníamos preparado era ‘teatro de inmersión’ porque el barrio está lleno de obras y queríamos convencerlo. La primera vez que jugó salió encantado, pero nos descubrió: ‘Esto no es teatro de inmersión.’ Por suerte, nos brindó un espacio.”
Eureka Leg funciona en el club de cultura Kowalsky, en Billinghurst 835. Allí ya concurrieron cientos de jugadores, en su mayoría entre 25 y 30 años, que se animaron a jugar previa reserva al mail <reservas@eurekaleg.com.ar> colocando fecha, hora y cantidad de personas. El valor del juego es de 100 pesos por persona, si se juega de a cinco; 125, para equipos de cuatro personas y 150 si los que juegan son sólo tres.
“Acá ves a la persona como realmente es”, advirtió Cristian. “Te demuestra quién se pone como líder laburando bajo presión y cómo se mueve cada uno en su rol.” Diego completó: “Vienen muchos compañeros de trabajo y ha venido una consultora que necesitaba elegir un puesto de gerencia. Los últimos tres candidatos jugaron juntos y lograron salir mientras los psicólogos de la empresa los monitoreaban por las cámaras.”
Algunos indican que el primer juego de este tipo nació en Japón, sin embargo, los primeros que se instalaron en Europa se inspiraron en el primero de ellos, instalado en Budapest, Hungría. Allí hay seis habitaciones, cada una con un nivel de complejidad distinto. Su creador, Attila Gyurkovics, es un personaje misterioso del que se sabe muy poco, que ideó la parafernalia luego de leer el libro Flow, una psicología de la felicidad, de Mihalyi Csikszentmihalyi.
Los creadores de esta versión argentina contaron que vieron “mucha gente discutiendo a los gritos”, por no poder deducir algún acertijo. “El juego despierta muchas emociones y la gente pasa por muchos estados. Hay gente que no sabe ser líder y otra que no sabe tolerar a un líder. La mayoría de la gente demuestra saber jugar en equipo, pero inicialmente les cuesta comunicarse y saber cuál es el rol específico”, afirmaron.
Los Barreiro salieron de la habitación aún con seis minutos de gracia en su haber. Él reconoció de ella que “es muy obstinada, y eso ayudó porque exprime cada pista al máximo”. Ella, por su parte, admitió que él “se centra para tratar de hacerlo en equipo, nunca intentó mandarse solo y promovió que pensemos todo juntos”. Ambos, aprendieron que siempre van a tenerse el uno al otro y que “hay cosas que, en grupo, son más fáciles de realizar”, para la satisfacción de este cronista, el hermano mayor. «

Del hospital al robo en el museo

Otra de las propuestas recién llegadas a la Ciudad es la de Juegos Mentales, “que invita a jóvenes y adultos a jugar y vivir una aventura en el mundo real”, en el barrio de San Telmo. “Son dos juegos donde se agudizan los sentidos. No es cuestión de usar la fuerza física, sino la mental. En uno se vive la desesperación por salir, la claustrofobia del cuarto del hospital neuropsiquiátrico. En el otro, el museo, se trata de usar el ingenio para desactivar una alarma y robar una estatuilla”, explicó en la apertura Danil Tchapovski, su creador. La idea llegó desde Rusia, donde existen más de 500 salas de juegos de escape diferentes, algunas con efectos especiales y actores. La propuesta inicial se inspira en películas como The Game y El Juego del Miedo, y videojuegos clásicos como el Maniac Mansion o el Alone in the dark. En la apertura, personalidades del mundo del espectáculo como Nicolás Riera, Candelaria Vetrano y Maria del Cerro vivieron la experiencia. Juegos Mentales está en Venezuela 638, abierto todos los días las 24 horas. Cuesta 300 pesos por equipo antes de las 16:30 y 400 luego de esa hora. Máximo, cuatro personas por equipo.

Opinión – Las ventajas de sumar todas las habilidades

La ventaja del trabajo en equipo es que no todos tenemos las mismas habilidades para hacer algo bien. Uno puede ver claves verbales, otro puede ser hábil para orientarse en un espacio, y así en forma sucesiva. Permite sumar esas habilidades. También tenemos una porción de la realidad cortada a partir de nuestros prejuicios. Otras personas tienen otros prejuicios y así también se forma un todo. Necesitamos superar el propio ego y hay una alternancia entre esas dos cosas. Hay un libro muy interesante que se llama Psicología de la incompetencia militar. Allí se analiza la actitud de un general alemán que tenía que cuidar el Canal de la Mancha. Tenía toda la información acerca del desembarco en Normandía pero él estaba convencido que los enemigos vendrían por otro lado y desechaba lo que le decían sus subalternos. Todos conocemos el final de la historia. La condición para que el trabajo en equipo sea eficiente es que cada uno se deshaga de una parte de su ego porque hay un juego dialéctico entre la vanidad y aceptar lo que nos dice el otro.