Descubrieron en una playa cerca de Mar del Plata los fósiles de un ejemplar de esta especie que vivió hace 3,5 millones de años. Son los restos mejor conservados hallados hasta ahora.
Científicos argentinos descubrieron fósiles perfectamente conservados de una nueva especie de fósil de ave sudamericano llamada “Llallawavis scagliai”, que significa pájaro magnífico de Scaglia. Con más del 90% de sus huesos excepcionalmente preservados, es el ave del terror -o “Phorusracids” como se les conoce científicamente- más completo que se haya descubierto.
Toda la información sobre este hallazgo se describe en el último número de la revista especializada Journal of Vertebrate Paleontology, la principal revista de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados, fundada en 1940. Los autores del trabajo pertenecen al Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (CICTERRA), al CONICET, y a las universidades nacionales de Córdoba y de Mar del Plata. Los restos fueron encontrados en una playa cercana a Mar del Plata.
Las “Llallawavis” eran aves no voladoras carnívoras de hasta 3 metros de altura, con picos ganchudos altos, que vivían en la Argentina hace aproximadamente 3,5 millones de años en el Plioceno, hacia el final del reinado del grupo.
Fueron los depredadores predominantes durante la Era Cenozoica en América del Sur y, sin duda uno de los grupos más destacados que vivieron durante ese tiempo.
“El descubrimiento de esta nueva especie proporciona nuevos conocimientos para el estudio de la anatomía y la filogenia de phorusrhacids y una mejor comprensión de la diversificación de este grupo”, dijo Claudia Tambussi, del CICTERRA y co-autora del estudio.
El nuevo espécimen revela detalles de la anatomía que rara vez se preservan en el registro fósil, incluyendo la región auditiva del cráneo, laringe, tráquea completa, huesos para enfocar los ojos y el paladar completo, lo que permite una comprensión sin precedentes de las capacidades sensoriales de estas aves rapaces extintas.
“La media de audición estimada para este ave del terror estaba por debajo de la media de las aves que viven”, dijo Federico “Dino” Degrange, co-autor del estudio del CICTERRA, CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba. “Esto parece indicar que Llallawavis puede haber tenido un estrecho rango de frecuencias, bajo la vocalización, presumiblemente utilizada para la comunicación acústica intraespecífica o detección presa”.
“El descubrimiento de esta especie revela que las aves del terror fueron más diversas en el Plioceno que se pensaba. Permitirá a nosotros revisar la hipótesis sobre la decadencia y la extinción de este fascinante grupo de aves”, señaló Degrange al Journal of Vertebrate Paleontology.