Encuesta en 14 países sobre la percepción de belleza y la autoestima. Un estudio con nenas de entre 10 y 16 años reveló que el 39% dejó de hacer algo debido a lo que piensan de sí mismas. La presión social.
Según una encuesta realizada en 14 países, a la que accedió Tiempo Argentino las chicas argentinas padecen de muy baja autoestima, ya que solo el 3% de ellas dijo sentirse “hermosa”. Y una de cada cinco aseguró que sería más feliz si se sintiera justamente hermosa. Una cifra que las ubica muy por debajo del porcentaje que mostraron las chicas de Brasil, donde el 19% de ellas sí se creen “hermosas”, o en la India, en que el 24% de las niñas eligieron “hermosa” para describirse a sí mismas, lo que las convierte en las más propensas a describirse así de este estudio que incluye a países como Japón, Gran Bretaña, Italia, India y Rusia.
Los especialistas en cambio reflexionan sobre un tema que no admite chistes: “La importancia de un estudio como este es que muestra los alcances íntimos a los que llega el modelo de belleza que más o menos impera en nuestras sociedades. Aquellas chicas que se ven alejadas de esos modelos padecen mucho en su vida cotidiana, como muestra el caso de la chicas argentinas, tanto más preocupante para el estado de la juventud de nuestro país”. Palabra del psicólogo Miguel Espeche, que ayer presentó el estudio en la Fundación Fortabat, junto a las autoridades de Dove, la marca de Unilever que impulsó esta encuesta internacional que arrancó hace 5 años, y hoy incluye a las niñas y jóvenes argentinas.
Las chicas consultadas tienen entre 10 y 16 años, y el estudio reveló además que a pesar de que el 69% de las niñas argentinas dicen estar satisfechas con su apariencia, un 39% evitó hacer alguna actividad a causa de su “aspecto”. Como no se veían “hermosas” –sino más bien “normales”– dejaron de hacer actividades físicas, deportes, pero también dejaron de ir a lugares públicos, o a ir al médico, o hablar en clase. Casi la mitad de las niñas argentinas admiten ser las críticas más crueles de su propia apariencia. Lo que incide sobre otro dato: en el país casi todas las chicas de esta edad se la pasa prendidas a las redes sociales. Más del 90% de las consultadas usa Facebook, una cifra muy alta respecto de los otros países en que la investigación buceó.
PRESIONADAS. El 67% de las chicas dijo además sentirse “presionada” por ser bella. De ese total, un 32% de las niñas argentinas afirma que la presión proviene de “la sociedad” y un 10%, de “los medios”. ¿Pero son los medios de comunicación quienes en términos generales imponen un canon de belleza oficial e indiscutido, de jovencitas flacas y blancas, y de jóvenes Idem? Parece una manera muy simplista de ver las cosas, como insisten tantos estudios en comunicación: “Es el eterno tema del huevo y la gallina”, prosigue Espeche, que dialogó con Tiempo minuto antes de hablar en el panel de la presentación. “Los modelos de belleza se forjan en una interacción entre los medios y la gente. Pero desde luego que las empresas toman o enfatizan uno o dos de los modelos que existen –y no otros–, para fines estetizantes, que terminan haciendo sufrir a quienes se alejan de él”.
Sin embargo, algunos resultados arrojados por el estudio resultan alentadores: el 79% cree que cuando crezca sentirá confianza en sí misma y el 69% vislumbra el futuro como un lugar en el que podrá expresarse con libertad. Asimismo, el 80% se imagina llevando adelante una carrera exitosa. La marca Dove viene emitiendo desde hace unos 10 años spots que buscan justamente alentar otras “bellezas”, otros modelos. “Porque –teoriza Estevez–, una empresa no sólo tiene una responsabilidad económica, que la tiene desde luego, sino cultural, porque las empresas, las marcas, son parte de la cultura. Por eso hoy estoy acá, porque me parece bien el trabajo de esta marca, y de esta compañía.”
La investigación de Dove arrancó en 2010, y se denomina “Expandiendo la huella de Dove Proyecto para la Autoestima”, que incluye 14 países, entre ellos Argentina. Además, a través del Proyecto Dove para la Autoestima, se anhela que al final de 2015, 15 millones de niñas del mundo participen de él, que tiene como objetivo enrostrar otros modos de belleza, unido a la salud, física y psíquica.
Ayer, además de Espeche, habló Sharon Haywood, escritora y activista corporal canadiense, colaboradora habitual en debates internacionales sobre imagen y autoestima femeninas, quien señaló que “se debe actuar sobre el fortalecimiento de los vínculos, y trabajar por qué es tan alto el grado de dependencia a los mensajes e imágenes de los medios”!.
Espeche añadió: “Mientras crecemos, nuestra autoestima se construye a través de una trama de relaciones que funcionan como un espejo. Muchas veces, los espejos en los que los chicos se miran están distorsionados, como cuando les muestran una imagen de sí mismos que ‘no es suficiente’ para satisfacer al otro. Nuestro país tiene un altísmo porcentaje de personas con sangre índigena y criolla, mientras que nuestro ideal de belleza se corresponde con los atributos físicos de los europeos del norte, que suelen ser rubios y tener ojos celestes.”
Si bien en la India, el 63% de las niñas se preocupan por su peso y el 53% tiene intenciones de hacerse una cirugía plástica, en la Argentina dos de cada diez niñas manifiesta tener preocupaciones en torno a su peso y una de cada diez querría someterse a una cirugía plástica. “No es malo que los chicos quieran adaptarse a la sociedad”, sostiene Espeche. “El problema sobreviene cuando los estándares son muy altos y la distorsión en la percepción de sí mismos los lleva a incurrir en conductas extremas para cambiar su apariencia.” Haywood concluyó, con esas observaciones tan propias de alguien que ve con neutralidad otro pueblo, otra cultura: “La comparación con otros cuerpos y el desprecio por el propio es un fenómeno naturalizado en Argentina. Aquí, casi nadie dice ‘me encanta mi cuerpo’. Hablar mal de él es una manera que encuentran las mujeres para conectar con otras mujeres, pero no es una manera positiva de relacionarse con nadie”.
LA MAMMA. El 50% de las chicas citó a su madre como su principal role model. Por eso, “son las mamás quienes más influyen, son ellas quienes tienen un efecto directo en sus hijas a partir de los mensajes que transmiten sobre su propio cuerpo y los de los demás, de manera consciente e inconsciente, que impactan sobre la autoestima de sus hijas”, dijo Haywood. Espeche, que además dirige el programa de salud mental del Hospital Pirovano, concluyó: “El trabajo con las chicas, o con todos quienes tienen una ansiedad desmesurada con la belleza, debe integrar a la familia. El vínculo es positivo cuando la madre siente que el hijo es sinónimo de abundancia en su vida y que no está allí como remedio para tapar un vacío.”
Quererse más
“Con el tiempo aprendí a quererme más que antes pero no creo que me quiera lo suficiente como me quiere el resto”, dice Elisa, de 22 años. “Cuando estoy bien conmigo misma me siento hermosa, cuando estoy mal me detesto. Nos hacen sentir así, también.”
Segura de sí
“Soy segura de mi belleza, me siento joven, inteligente, fresca y soy una mina deportista”, dice Monserrat Masiá, de 27 años. “Tengo algunas preocupaciones como cualquier mujer pero no me pesan, ni por la edad ni por obsesión. Creo que cada una tiene su belleza.”