Sobre incidentes y violencia urbana. La violencia está muy extendida entre nosotros, lamentablemente. Agitada desde lo público en palabras y acción, derrama y corroe. Destacó esta semana el episodio ocurrido en Constitución al 6400, en el que Carlos Sebastián Feretón, de 36 años, molió a trompadas y patadas en el piso a Roberto Juárez, de 25, por un incidente mínimo de tránsito. Una vez más la violencia del Estado se hizo presente con ambulancias que no están, y móviles policiales que tampoco están ni estuvieron, por lo que los propios padres de Juárez debieron trasladarlo al HIGA. En las redes sociales, durante los últimos días corrió la imagen hipertrofiada de Feretón, un “patova” con músculos hasta las cejas, que vive con un travesti hace ya unos años en dulce convivencia de amor. Mucho amor para adentro, poco para afuera.
De inseguridad y falta de respuesta. Hace unos días, el gobernador Scioli, “menemista” desde siempre según Florencio Randazzo, presentó una vez más nuevos patrulleros que reemplazan a una veintena destrozados en distintos eventos desde que se creó el Comando de patrullas. Para sumar esfuerzos ante tanta criminalidad desbordada, se anuncia ahora la incorporación de prefectos y gendarmes en los denominados puntos calientes de la ciudad. Quizá algo sirva, pero si no se cambia la Ley de Ejecución Penal, los cacos seguirán entrando y saliendo como si nada del sistema para delinquir.
De inseguridad y falta de respuesta II. Esto queda claro en el caso de “El flogger”, partícipe primario en el asesinato de Dardo Molina. Hoy ya de 22 años, está detenido en penal de San Isidro solicitando a la justicia que le den libertad anticipada. Se la negaron, pero le dieron un régimen de visitas de 12 horas a casa de su madre en carácter de inicio de reinserción social. Su carpeta psiquiátrica indica que no es un sujeto socialmente proactivo y que a diario provoca incidentes en el penal que cumple condena. La representación legal de la familia Molina no puede acceder a dicha carpeta para formular objeciones y oponer razones para evitar su libertad. El sistema lo sigue tratando como menor aun con 22 años y siendo un individuo socialmente peligroso.
De inseguridad y falta de respuesta III. Otro caso de falta de respuesta al sufrimiento de la sociedad y al accionar policial es la detención de Manuel Di Meglio, de 21 años, quien participó junto a otros dos no identificados en un asalto a casa de familia arma en mano. Di Meglio tenía salidas transitorias para reinsertarse socialmente, algo que se advierte no intentó en ningún momento, eligiendo seguir por el camino del crimen. ¿No hay nadie en el sistema judicial que pueda reflexionar sobre esto? ¿Será que a nadie le importa la consecuencia de sus actos?
Los monos y la socióloga investigadora. Laura Etcharren, socióloga y esposa de Jorge Asís, señaló que “la banda de Los Monos negocia con la Bonaerense ingresar a Mar del Plata”. Se armó un gran revuelo, denuncia incluida. Una boutade para tener un título vendedor, bastante propio de chantas y charlatanes impunes.