Macedonios salen a la calle para pedir la dimisión del Primer Ministro

La oposición socialdemócrata acusa a Nikola Gruevski de organizar una amplia operación de escuchas telefónicas a políticos, medios y jueces.

protesta-en-MacedoniaMiles de personas salieron hoy a las calles en Skopje, capital de Macedonia, para pedir la dimisión del primer ministro, Nikola Gruevski, en una manifestación convocada por la oposición socialdemócrata que le acusa de haber orquestado una amplia operación de escuchas telefónicas a políticos, medios y jueces.
En la protesta han participado unas 10.000 personas, un número significativo en un país de tan solo dos millones de habitantes, y que el partido socialdemócrata SDSM suele alcanzar en todas sus acciones de protesta desde que Gruevski llegó al poder en 2006.
Ciudadanos llegados en autobuses y coches desde todo el país se han concentrado en la avenida principal que conduce a la sede del Gobierno, en un mar de banderas nacionales y al coro de “Gruevski, ¡dimite!” o “Gruevski, ¡márchate!”.
El líder de la oposición socialdemócrata, Zoran Zaev, que convocó la protesta, aseguró que hay entre los manifestantes grupos, en su mayoría de jóvenes, dispuestos a montar una acampada frente a la sede del Gobierno hasta que Gruevski presente su dimisión y se forme un ejecutivo de transición.
La protesta no contó con el apoyo de otros partidos de la oposición, como el Partido Demócrata de los albaneses (DPA), ni tampoco otros representantes de movimientos civiles albaneses, que conforman el 25 % de la población.
El socio de la coalición de los conservadores del VMRO-DPMNE de Gruevski, la Unión Democrática para la Integración (DUI), informó hoy de que no abandonará el Gobierno y que seguirá respaldando al primer ministro en su esfuerzo por resolver la crisis política.
El propio Gruevski recalcó ayer que no tiene intención de dimitir y su partido conservador invitó a los ciudadanos a respaldar mañana al Gobierno en una gran manifestación.
En los últimos tres meses Zaev ha ido filtrando a la prensa una presunta trama de escuchas telefónicas contra al menos 20.000 personas, incluidos políticos, periodistas y líderes religiosos, campaña que atribuye al propio Gruevski y a parte de su equipo, y cuyo objetivo sería garantizar el control sobre estos círculos influyentes mediante la posibilidad de extorsionarlos.
Gruevski asegura que las escuchas han sido orquestadas por servicios secretos extranjeros, al tiempo que sostiene que el material filtrado a la prensa y las voces que se escuchan en las conversaciones telefónicas pinchadas han sido manipulados.
La crisis de Gobierno desatada en Macedonia a raíz de este escándalo condujo esta semana a la dimisión de dos ministros y del jefe de los servicios secretos.
En las cartas enviadas al primer ministro al presentar su dimisión, los tres, envueltos en acusaciones de soborno, dijeron que la decisión correspondía a su voluntad de rebajar la tensión política y contribuir al trabajo de la Justicia, que investiga estas escuchas.
La fiscalía ha presentado cargos contra el líder de la oposición socialdemócrata, al que acusa de “violencia contra los más altos funcionarios del Estado”, después de que Gruevski denunciase que Zaev le amenazó con hacer públicas las escuchas telefónicas si no dimitía.
El partido socialdemócrata boicotea las actividades del Parlamento macedonio desde las elecciones hace un año por considerar que hubo fraude, extremo que los observadores internacionales no confirmaron en su momento.