Amnistía Internacional señaló hoy en un informe que el grupo islamista cometió crímenes de guerra al secuestrar, torturar o ejecutar extrajudicialmente a opositores.
Amnistía Internacional (AI) acusó hoy al grupo islamista Hamas, que hoy controla Gaza, de cometer crímenes de guerra al secuestrar, torturar o ejecutar extrajudicialmente a palestinos al amparo del conflicto armado con Israel en 2014.
“Estrangular cuellos: secuestros, tortura y homicidios ilegítimos de palestinos perpetrados por las fuerzas de Hamas durante el conflicto de Gaza e Israel en 2014” se titula el informe que la ONG publica hoy. Allí señala al grupo islamista como responsable de al menos 23 muertes y decenas de casos de arrestos y tortura entre julio y agosto del año pasado.
Entonces, Israel y milicias armadas palestinas, con el movimiento islamista al frente, se enfrentaron en el peor conflicto que ha vivido la Franja desde 1967 y que dejó más de 2.100 palestinos y 70 israelíes muertos.
Este fue el momento que “aprovecharon” las fuerzas de Hamas “para saldar despiadadamente cuentas, perpetrando homicidios ilegítimos y otros abusos graves”, destacó el director del programa de AI para Oriente Medio y el Norte de Africa, Philip Luther.
“Estos actos estremecedores, algunos de los cuales constituyen crímenes de guerra, tenían por objeto tomar venganza y sembrar el terror en toda la Franja”, subrayó el directivo.
La ONG cuenta cómo algunos de los muertos fueron ajusticiados públicamente -como seis hombres ejecutados a las puertas de una mezquita-, mientras otros murieron en prisión en extrañas circunstancias y otros aún siguen desaparecidos.
“Cuando traté de abrir la bolsa para inspeccionar su cuerpo, no me lo permitieron y me dijeron que me lo llevara para el funeral”, relata el hermano de A.J., de 34 años y antiguo miembro de las Fuerzas de Seguridad Preventivas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en juicio por “comunicarse con grupos hostiles” en el momento de su muerte.
“Cuando llegamos a casa, quité la bolsa para bañarlo y encontré lo siguiente: la parte del pecho estaba hecha pedazos por varios agujeros de bala” que también localizó en otras lugares con hasta un total de 32 impactos.
En ocasiones los detenidos se encontraban bajo arresto sin haber sido acusados formalmente incluso antes de que se iniciara la ofensiva militar, otros esperaban el desenlace de los recursos de apelación contra sus sentencias de muerte y algunos denunciaron haber sido condenados en juicios militares irregulares u objeto de torturas que provocaron sus confesiones.
“No era realmente un interrogatorio, sólo una sesión de tortura”, relató por su parte A.H., miembro de Fatah y antiguo trabajador de la Autoridad Palestina, de 45 años. “Tras dos horas de preguntas me dijeron si tenía algo que decir. Cuando dije que no, me dijeron que me llevarían a casa. (…) Tenía los ojos vendados (…) De repente, sentí que todo mi cuerpo era golpeado, esta vez con objetos cortantes, que provocaron fracturas en mis dos manos (…) Los golpes continuaron unos diez minutos, luego alguien tiró mi teléfono cerca de mi y dijo, ‘aquí está tu móvil y aquí un mensaje para transmitir a los servicios de inteligencia de Ramallah'”, explicó.
Hamas y Al Fatah, enfrentados desde 2007, firmaron un pacto de reconciliación en abril de 2014 cristalizado en un gobierno de reconciliación nacional que sobre el terreno no se ha materializado, continuando el conflicto entre el movimiento islamista, con el control de Gaza, y el nacionalista, al mando de Cisjordania.