Informes sobre conducta adolescente evidencian la falta de comunicación que muchos jóvenes padecen.
Aquella idea extendida -y muchas veces denunciada por docentes y psicólogos- que asegura que los chicos suelen callar ante las agresiones virtuales tiene ahora un sustento estadístico: pese a que la mitad de los adolescentes de entre 15 y 17 años se sintió incomodado o agredido por alguna foto, insulto o invitación grosera en internet, apenas el 30% pidió ayuda a los padres, lo compartió con amigos o se comunicó con el autor para que saque el contenido publicado, según un informe sobre seguridad y confianza de los chicos en la red.
“El adolescente suele encerrarse en su mundo y no compartir con los adultos las inseguridades o preocupaciones que lo aquejan -apunta la psicóloga Mariel Olivera, especialista en adolescencia y familia-, pero la aparición de las redes sociales de algún modo potenció ese hermetismo y generó que, ante la infinidad de desconocidos que pueblan el ciberespacio, el silencio del chico pueda derivar en una conducta peligrosa. Por eso los padres deben fortalecer el diálogo y controlar no sólo con quienes se encuentran sus hijos personalmente sino con quienes lo hacen en internet”.
El informe, que se basó en encuestas a 650 alumnos de escuelas públicas y privadas entre febrero y abril de este año, refleja además el grado de confianza de los chicos a la hora de navegar por la web, sus preocupaciones y cuánto tiempo pasan frente a la pantalla. Según ese trabajo, además, cuatro de cada diez adolescentes admitió haber participado de alguna acción de acoso o bullying en forma activa o pasiva, y el mismo porcentaje publicó fotos “de otros” sin permiso.
“Antes, en los años 80 y 90, la preocupación pasaba por cuántas horas pasaban los chicos frente al televisor -sostiene Roxana Morduchowicz, coordinadora de la encuesta realizada por Microsoft-. Hoy la cuestión se trasladó a la computadora y aunque el 50 por ciento de los chicos se siente capaz de manejar el ciberespacio, la otra mitad admite haber sufrido agresiones”.
El informe, concretamente, señala que el 50% de los chicos de entre 15 y 17 años se sintió mal en Internet por alguna agresión que vivieron pero sólo el 30% dijo haber hecho algo; en tanto, el 70% “no hizo nada” ante esa situación. El 20% de los encuestados se refirió a “fotos o videos violentos” y a temas vinculados con “sexo”; el 10%, a páginas web que los incomodaron; el 10% adujo agresión “por insultos, amenazas o burlas”; y el 10% restante se sintió ofendido por “invitaciones groseras”.
PREOCUPACIONES
El tema no parece menor si se tiene en cuenta que la principal preocupación de los nenes argentinos en internet es la posibilidad de sufrir acoso de sus pares, un fenómeno conocido como “cyberbullying”, según concluyó una investigación realizada por la Asociación Civil Chicos.net.
“Con mayor capacidad de multitasking, una inteligencia visual más desarrollada, y con un procesamiento más rápido de la información -aunque tal vez menos crítico-, los niños de hoy parecen tener capacidades y características diferentes a las que tuvieron sus padres en la infancia”, afirma el estudio, que remarca cómo la vida cotidiana está “cada vez más atravesada por la tecnología”.
En Argentina, según esta asociación civil, el 82% de los padres manifestó sentirse preocupado ante los riesgos de que otros adultos aborden a sus hijos en la red y los pongan en peligro. Si bien la mayoría (un 76%) se siente responsable por alertar a sus hijos ante potenciales peligros, los padres no son proclives a acompañar a los chicos a que construyan criterios propios de protección. Según la investigación, de hecho, la mayoría de las mamás y los papás encuestados son tendientes a adoptar un perfil denominado “guardaespaldas”.
Entre los comportamientos más renombrados dentro del fenómeno del cyberbullying, se puede incluir la difusión de rumores, la publicación de información falsa o mensajes desagradables, comentarios o fotos embarazosas, o bien excluir a alguien de las redes online u otras comunicaciones.
En cuanto al trabajo de Microsoft, hay que decir que, del 30% de esos chicos que dijo “haber hecho algo” en respuesta a esas agresiones, “el 20% habló con amigos; el 5%, con los padres; y otro 5% le pidió al autor quitar el contenido de la página”, detalla el informe.
“El 70 por ciento de adolescentes que no hizo nada es probable que en realidad no haya sabido qué hacer. Una segunda hipótesis puede ser que le de vergüenza mostrar lo que le pasó o que se crea inmune (que nada les va a pasar); o que piense que si le pasa algo malo, va a saber manejarse”, detalló la especialista en comunicación y jóvenes.
Para Morduchowicz, “los padres pueden ayudar y mucho, sobre todo si toman conciencia de que estar las 24 horas conectados expone a sus hijos a más riesgos, y que es útil conocer desde que son chicos el uso que ellos les dan a las pantallas”.
Según quienes abordan la cuestión, una recomendación importante para aplicar cuando los chicos son todavía pequeños consiste en no equipar la habitación con tecnología “sino ubicar las pantallas en las zonas de circulación común de la casa”.
En Argentina, 9 de cada 10 adolescentes tienen un perfil en las redes sociales -mayormente en Facebook- cuatro de cada 10 están las 24 horas conectados y sólo uno de 10 se conecta menos de tres horas por día.
“El primer uso que tienen los jóvenes de Internet es la comunicación, por eso hay un punto que es clave para estar protegidos: saber que la información es privada hasta que uno la entrega y cuánto más lo hace, más pública se vuelve”, señala Jorge Cella, uno de los hacedores del estudio encarado por Microsoft.
Ese informe reveló además que tres de cada 10 adolescentes tienen total confianza en Internet y el 20% guarda toda su información en la web. “Muchos expresan una alta credibilidad hacia Internet, lo que debería ser otra preocupación tanto para los padres como para la escuela, ya que a más credibilidad menos reflexiva es la búsqueda de información”, estimó Morduchowicz.
Aunque confíen en Internet y digan que no les preocupa nada porque saben manejarse, siempre según el estudio, temen “que gente peligrosa se comunique con ellos (en un 40% de los casos); que alguien, con malas intenciones, use las fotos que subieron (30%); y que los burlen o agredan (20%).
EDADES BAJAS
Además de inquietante para muchos padres -y angustiante para los chicos acosados, desde ya-, el tema parecería envolver franjas etarias cada vez más amplias, sobre todo si se tiene en cuenta que el 43% de los niños y adolescentes de nuestro país creó su primera cuenta en una red social antes de los 13 años, y sólo el 13% de ellos lo hizo acompañado de sus padres, según los resultados de un informe de UNICEF que mostró el impacto de las nuevas tecnologías en la vida de los chicos.
Según ese mismo estudio, el 42% de los chicos de 12 y 13 mintió sobre su edad y el 43% del total de la población evaluada (niños y adolescentes) “se encontró de forma presencial con alguien que conoció por Internet”.
De este último grupo, el 80% le avisó a “alguien” sobre el encuentro y sólo el 13% de los padres acompañó a los chicos mientras abrían una cuenta en una red social. El estudio mostró además que “4 de cada 10 chicos publicó su localización en las redes sociales y que a tres niñas por cada varón, les pidieron por internet (no personalmente) que envíen fotos con poca ropa”.
María José Ravalli, representante de Unicef en Argentina, sostuvo a la hora de presentar los resultados del estudio que se deben reforzar las medidas para “evitar la discriminación por bullyng, el acoso, o cualquier otra agresión que atente contra la Ley de Protección Integral de Niños, Niñas, y Adolescentes, a través de las redes e internet”.
El tema, claro, no afecta únicamente a los chicos argentinos sino que se trata de una problemática a nivel global. En el Reino Unido, por ejemplo, uno de cada siete chicos acosa a otros por Internet, principalmente para sentirse parte de un grupo o para evitar ser blanco de intimidaciones, de acuerdo a un estudio de la ONG Action for Children que concluyó que el llamado “bullying” es un problema cada vez más extendido en el Reino Unido.
La investigación, en concreto, reveló que un 15% de los 2 mil menores de edad consultados, de entre 8 y 17 años, dijeron haber acosado a otros por Internet. El 59% de ellos manifestó que lo hizo para “formar parte de un grupo social” y un 43% también argumentó como razón evitar ser blanco de esas intimidaciones. Un 25% de los consultados afirmó que se volvió un acosador online debido a las presiones de sus amigos, en tanto que un 12% sostuvo haber intimidado a otros simplemente “para sentirse infelices”.