Las variables tecnológicas para la hiperconectividad

El hábito, a veces incontrolable, de chequear de modo constante el smartphone comienza a ser un trastorno en la vida de muchas personas. Y para revertir esa conducta aparecen varias alternativas, algunas insólitas.

No-phoneEn la era de la hiperconectividad, el celular es el principal protagonista. Pero cada vez más estadísticas y estudios están demostrando los trastornos que genera el chequeo constante de los teléfonos inteligentes. Paradójicamente, la forma que mucha gente está eligiendo para reducir la dependencia al celular es a través de la adquisición de nuevos productos o aplicaciones que filtran notificaciones o ayudan a reducir el tiempo que el usuario pasa ante la pantalla de su móvil.
Según señala The New York Times, en una encuesta reciente sobre el uso del teléfono inteligente realizada por Bank of America, una tercera parte de los encuestados dijo que chequeaba “constantemente” sus smartphones, y poco más de las dos terceras partes de los interrogados dijeron que se dormían con un celular a su lado.
En este contexto, se están lanzando al mercado productos insólitos. La compañía Ringly presentó un anillo, que cuesta 195 dólares y promete: “dejarás el teléfono y pondrás a descansar la mente”. ¿Cómo? Ringly conecta sus anillos a un filtro de manera que los usuarios puedan silenciar las notificaciones de Gmail o Facebook y sólo recibir alertas cruciales, que hacen que el anillo se ilumine o vibre.
“La tecnología ha evolucionado tan rápido que nos hemos descontrolado vertiginosamente y nadie se ha detenido a pensar en cómo impactará esto a nuestras vidas”, declaró al The New York Times Kate Unsworth, fundadora de Kovert, compañía británica que también produce joyería de alta tecnología.
También los relojes inteligentes como el Apple Watch están diseñados para alentar a realizar pequeños vistazos y chequear menos el teléfono.
Otro de los artículos más increíbles pensados para mirar menos el smartphone es el NoPhone: un objeto de plástico con forma de smartphone que en realidad no funciona como tal; es como si fuera un juguete. El NoPhone cuesta 12 dólares y ya se vendieron casi 3.200 de estos no-teléfonos. “Con un delgado, ligero y completamente inalámbrico diseño, el NoPhone actúa como un smartphone simulado para cualquier situación relacionada con un smartphone. Disfrute de siempre tener la capacidad de agarrar un rectángulo de plástico liso, frío sin renunciar a cualquier compromiso potencial con su entorno directo”, dice la presentación de este insólito producto.
Otro lanzamiento antiadicción al smartphone es el Light Phone, que no es otra cosa que una nueva forma de llamar a los viejos celulares. Se trata de un teléfono del tamaño de una tarjeta de crédito que sólo permite hacer y recibir llamadas, nada más.
A su vez, una variedad de aplicaciones también se suman a la cruzada por pasar menos horas con el celular inteligente. Offtime limita el acceso de sus usuarios a otras apps que se usan en exceso y genera gráficas sobre cuánto tiempo se pasa con el teléfono. Moment, por su parte, anima a la gente a compartir el uso del teléfono con amigos para competir en un juego de quién puede ver menos su celular.
“Hay una población que empieza a decir, ‘un momento, nos encanta toda esta tecnología, pero parece haber un costo –ya sea mi relación o mi trabajo o mi seguridad, porque estoy manejando y texteando’”, concluyó en The New York Times Adam Gazzaley, neurólogo y profesor de neurociencias en la Universidad de California, en San Francisco.