Un nuevo método permite anticipar qué tipos de delitos pueden ocurrir cerca de escuelas, hospitales o supermercados.
Desde los súper héroes de las historietas hasta sus versiones más modernas de Hollywood, la posibilidad de anticipar y prevenir un crimen ha sido una constante en la imaginación popular.
En Minority Report (Informe de la Minoría) Tom Cruise adivina y evita delitos que se van a producir en el futuro; en la serie de televisión Early Edition (El diario del destino), el protagonista recibía el periódico con los titulares del día siguiente, y se dedicaba a evitar las tragedias que éste publicaba.
Pero en una nueva prueba que la vida imita al arte, expertos de una universidad estadounidense han desarrollado un método que permite predecir dónde es más probable que ocurran determinado tipo de delitos, de acuerdo a los hitos urbanos que hay alrededor.
La metodología llamada Risk Terrain Modeling fue elaborada por investigadores de la Universidad de Rutgers, Nueva Jersey, y permite analizar los elementos del entorno (por ejemplo, si hay bancos, escuelas, transporte público, supermercados), e identificar mediante mapeos si hay relación entre ciertas infraestructuras y la ocurrencia de determinados delitos.
Este innovador método ya ha llegado a Latinoamérica. En Bogotá se han hecho estudios preliminares con apoyo del Banco Mundial, para buscar una fórmula que permita a las autoridades crear espacios más seguros y prevenir crímenes. El Risk Terrain Modeling permite ver “correlaciones interesantes”, aunque después hay que interpretar los resultados, explica Andrés Villaveces especialista en seguridad del Banco Mundial.
Los creadores del método concuerdan en que éste solo es una parte de la solución. “Nosotros presentamos un diagnóstico, decimos cuáles son los síntomas, y dejamos que las autoridades locales se encarguen de la cura”, explica por su parte Alejandro Giménez-Santana, de la Universidad de Rutgers.
Gran desigualdad en las ciudades
Lo primero que se demostró en el caso de Bogotá es que el estatus socio-económico se refleja en la infraestructura y esto afecta la seguridad.
“Las ciudades latinoamericanas, y en general los países latinoamericanos, tienen índices de inequidad muy grandes”, dice Villaveces. “Las ciudades reflejan esta inequidad con la manera en la que están construidas. Hay segregación, una estratificación muy marcada en las ciudades”.
Colombia tiene la particularidad de que la clasificación del estatus socio-económico se hace en base en las características físicas del entorno, y no en base al ingreso de las personas. Villaveces afirma que dependiendo del tipo de crimen, hay correlaciones muy altas con el nivel socio-económico en la capital colombiana. Por ejemplo, existe una mayor probabilidad de que haya un robo a residencias en lugares más prósperos, y por otro lado hay mayor probabilidad de que ocurra un homicidio o lesiones personales en lugares con un bajo nivel socio-económico.
Pero la investigación fue más allá. “Ya sabemos que en las zonas más pobres hay mayor cantidad de homicidios, pero ¿por qué ocurren en estas zonas?, ¿Qué cosas, además de la pobreza, están generando esto?”, se pregunta Giménez-Santana.
Descubrieron, por ejemplo, que cerca de las clínicas en Bogotá hay mayor probabilidad de sufrir de lesiones personales. Si bien las razones de esto son inciertas, una hipótesis es que la gente cerca de las clínicas va a comprar medicamentos en las droguerías cercanas, y llevan dinero consigo, lo que atrae a los criminales.
Otra correlación que descubrieron fue que hay más probabilidad de sufrir de un hurto cerca de escuelas privadas en Bogotá. Y que en los barrios más pobres hay cinco veces más probabilidad de que ocurra un homicidio cerca de una estación de Transmilenio – el bus rápido de la capital colombiana.
Villaveces se apresura a aclarar que este dato “no implica que el sistema (Transmilenio) sea el problema, sino que en el entorno está pasando algo, y este es el tipo de información que las autoridades necesitan para diseñar actividades de prevención y control”.
En otras palabras, las infraestructuras físicas no son la causa de los delitos aunque sí modulan su ocurrencia y la información probabilística ayuda las autoridades locales a identificar qué está pasando, y tratar de mitigar los factores de riesgo.
En Glendale, Arizona, por ejemplo, con la misma metodología descubrieron que había más probabilidades de atracos cerca de las tiendas misceláneas. Tras una investigación policiaca descubrieron que en estas tiendas se compraban teléfonos usados sin averiguar su origen. Las autoridades creen que esa práctica incentivó el robo de celulares en las inmediaciones de esas tiendas.
Los resultados del estudio realizado en Bogotá se presentaron recientemente a las autoridades y organizaciones locales, para recoger su interpretación de los datos encontrados. También se dictó un taller para explicar cómo funciona la metodología, para que, más adelante, sean las propias autoridades locales quienes que usen este método para prevenir crímenes y mitigar los factores de riesgo.