Tiene 22 años. Lo buscaban desde mayo. Lo capturaron asaltando a peatones, con un cuchillo y dos chicos de 14 y 15.
Estaba preso en una unidad penitenciaria por un robo agravado, hasta que la justicia lo benefició con un arresto domiciliario, aunque monitoreado por una tobillera electrónica que -supuestamente- impediría que quebrantara la morigeración.
No sirvió. Tres meses después se la quitó y desde entonces nada más se supo de él; hasta ayer. Lo encontraron de manera casual, cuando fueron a cubrir una denuncia por asaltos callejeros y lo encontraron, con cuchillos y dos menores que ni siquiera son imputables: tienen 14 y 15 años, según la policía.
Este hombre que ahora sí quedó detenido tiene 22.
CON CUCHILLAS DE CARNICERO
Eran las 9 de la mañana de ayer cuando los policías del CPC al mando de Wilfredo Vilca recorrían las calles de San Carlos y recibieron la novedad de que los peatones que pasaban por 518 entre 134 y 135 eran desvalijados por tres delincuentes que los amenazaban con cuchillas de carnicero.
Hacia allí partieron entonces los efectivos, quienes después de entrevistarse con dos mujeres que habían sido víctimas del trío, dieron con los sospechosos a unos pocos metros. Y los detuvieron. Ellos, y las armas blancas, terminaron en la Subcomisaria La Unión, donde las actuaciones fueron supervisadas por su titular, Carlos Córdoba.
Todo el procedimiento fue seguido de cerca por el jefe del distrito Oeste, Ignacio Rosales.
Mientras tramitaban la apertura de la causa, confirmaron las edades de los menores e identificaron al único mayor.
PRONTUARIO
Así establecieron que tenía un pedido de detención pendiente por “quebrantamiento de arresto domiciliario monitoreado con pulsera electrónica”, de acuerdo a lo que figuraba en los registros “que obran en legajo en la Dirección de Secretaría de Inteligencia del Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires”, explicaron a este diario fuentes oficiales.
Por lo que trascendió, el joven estaba alojado en la Unidad Carcelaria 1 de Olmos por una causa de “robo agravado”, hasta que el 14 de febrero “el Juzgado de Garantías 4 de La Plata dispuso el arresto domiciliario bajo sistema de monitoreo electrónico”, detallaron los mismos voceros.
El sujeto permaneció en la vivienda que había fijado en el expediente (no muy lejos de donde lo capturaron ayer), pero el 31 de mayo el servicio de monitoreo detectó “una apertura o corte de pulsera, siendo corroborado que el mismo se habría quitado el dispositivo y retirado de su domicilio, desconociendo el destino”, completaron en el reporte.
Notificados de la causa, los funcionarios de la fiscalía de Responsabilidad Penal Juvenil ordenaron la entrega de los dos menores a sus familias.
Con respecto al evadido, se le abrió un nuevo expediente por “tentativa de robo calificado por el uso de arma blanca agravado por haberse cometido en poblado y en banda, juntamente con participación de menor, seguido de captura”.
También se le imputa el quebrantamiento del arresto domiciliario, por lo que quedó detenido y a disposición del Juzgado de Garantías que le había dado la domiciliaria.
El sistema de tobilleras y pulseras electrónicas estuvo en el centro del debate hace 7 años, cuando un preso que había recibido ese beneficio masacró a toda una familia en José C. Paz.
Ocurrió en 2008. Y después de eso salieron a luz varios casos de detenidos que violaban el arresto domiciliario quitándose el adminículo de monitoreo.